Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Confié en el Amor divino

Del número de julio de 2011 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Sané rápidamente

La lengua materna de Sahil es hindi. Mira cómo escribió él su testimonio.

Una mañana cuando desperté, me dolía un oído. Cuando llamé por teléfono a un practicista de la Ciencia Cristiana, me dijo que si empezaba a escuchar los buenos pensamientos que venían de Dios, me sanaría. Me fui a la escuela y, cuando regresé, mi oído estaba perfecto. Muchas gracias, Dios mío.

Nuestro lugar seguro


Me llamo Sara. Cuando tenía 8 años, un invierno, nuestro auto quedó atascado en el hielo y la nieve. No podíamos sacarlo. Entonces empecé a orar: “Nosotros no podemos estar atascados porque Dios es nuestro lugar seguro”. Luego pudimos sacar el auto.

Ruth supera algo complicado

Hola, soy Ruth y les cuento que un día llegué de la escuela y me sentía muy mal y estaba con tos. Luego estornudé y me salió mucha sangre por la nariz. Pasó un rato y la sangre empezó a salir por la boca. Me asusté mucho y empecé a orar el Padre Nuestro y la oración diaria. Mi papá llamó a la emergencia médica, como establece la ley. Los paramédicos le dijeron que lo que yo tenía era complicado y me llevaron, junto con mi mamá, al sanatorio. Nosotras seguimos orando. Cuando llegué al sanatorio ya no tenía fiebre y los exámenes que me hicieron salieron todos bien. El diagnóstico fue que no tenía nada malo.

Yo no estuve nerviosa porque siempre confié en el Amor divino que nos guarda siempre. Mi papá se sorprendió de que hubiese vuelto tan pronto del sanatorio. Esta demostración del poder de Dios me ayuda a entender más lo que las maestras nos enseñan con tanto amor los domingos en la escuelita dominical de la Ciencia Cristiana.

Bajo la protección de Dios

Hace un tiempo, comencé a sentirme enfermo. No podía coordinar bien mis manos, se me trababan, y además tenía mucha calentura [fiebre]. No me podía parar, no podía caminar, me mareaba fácilmente, y tenía mucha sed. Mi mamá estaba preocupada e inquieta y no sabía qué hacer.

Desde hace tiempo asisto a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Allí aprendo que Dios es nuestro Creador. Yo sabía que Él lo creó todo bueno, que me creó sano, no enfermo.

Por la tarde me puse a leer el libro Ciencia y Salud. Especialmente los testimonios y lo que enseñan sobre la curación. Esto me ayudó mucho.

También mi abuelito, que asiste a la iglesia de la Ciencia Cristiana y se había enterado de cómo me sentía, llamó por teléfono a mi mamá y le dijo que nada me podía pasar porque estaba bajo la protección de Dios; que yo estaba a salvo. Con esto mi mamá se tranquilizó, y junto con mi hermano se pusieron a leerme de Ciencia y Salud, además de los testimonios que salen en El Heraldo. Luego me quedé dormido. Al día siguiente amanecí perfecto.

Estoy feliz por esta curación y doy gracias a Dios.

Sana de dolor de cabeza

Yo tenía un fuerte dolor de cabeza y este dolor me vino en la escuela. Entonces apliqué lo que me enseñan en la escuelita dominical de la Ciencia Cristiana, de que hay que negar ese dolor porque Dios nos hizo perfectos y, por lo tanto, Él no hizo el dolor. Al rato, ese mal se fue y pude continuar mi clase; pasé al pizarrón, jugué en el recreo y todo siguió normalmente.

¡En nuestro sitio Web encontrarás más testimonios de niños!

www.elheraldocc.com/heraldo/articles-kids.jhtml

Sana de malestar

Desde que tenía seis años me gusta mucho ir a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Allí me alentaron a leer el libro Ciencia y Salud de Mary Baker Eddy.

Siento que las cosas están bien, que son más fáciles y mejores, y ya tuve prueba de que aplicar lo que aprendo en la Escuela Dominical sólo puede traer curación y bendiciones para mí y mi familia. Me acuerdo que cierto día, en marzo de 2010, amanecí sintiéndome mal, con un fuerte dolor de cabeza, dolor de estómago y tenía el cuerpo caliente, como si tuviera fiebre. No tenía ánimo para hacer nada.

Pero como era un día de semana y tenía clase, tenía que vestirme para ir a la escuela. Comencé a orar, a leer pasajes de Ciencia y Salud y de la Biblia, y a escuchar algunos himnos del Himnario de la Ciencia Cristiana. En determinado momento, recordé estas palabras de un himno: “todo está bien” (Himno N° 350). Afirmé una y otra vez: “Todo está bien”. Yo había aprendido que Dios es bueno y nos creó a todos perfectos. También me acordé de que nada malo me podía pasar porque Dios mantiene todo en armonía. Como empecé a sentirme mejor, decidí vestirme e ir a la escuela.

Cuando llegué a la escuela y estaba en la clase, el dolor de cabeza se hizo más fuerte. Yo no lograba concentrarme en lo que la maestra estaba enseñando, pero me quedé hasta el final de la clase.

Cuando regresé a casa, oré con más certeza de que Dios me sanaría. Leí la Lección Bíblica Semanal y volví a afirmar que, como Dios es bueno, todo estaba bien. A la mañana siguiente, recordé y volví a orar con el Himno 350, y repetí: “Todo está bien conmigo”. Pocas horas después, el dolor se fue y sentí que estaba libre de ese malestar. Pasé el resto del día bien y libre de dolor, que no regresó más.

Esa curación me demostró que recurrir a Dios siempre trae buenos resultados. Por eso, es importante persistir en la oración, mantener el pensamiento puro y centrado en Dios, y confiar en Su bondad.

Ya no sentía dolor

Un día, el dedo gordo de mi mano se quedó atascado en la cadena de mi bicicleta. Traté de sacarlo de muchas formas pero no pude. Me dolía mucho y empecé a llorar. Mi mamá me ayudó a sacar el dedo de la cadena y oré para saber que soy el hijo de Dios y nada puede lastimarme. Mi dedo se sanó y ya no tenía dolor.

VERIFICACIÓN DE CURACIONES:

Las declaraciones hechas en artículos y testimonios sobre curaciones han sido cuidadosamente verificadas por aquellos que conocen la curación o pueden dar fe de la integridad del testificante. Puede enviar su testimonio por correo a: El Heraldo de la Ciencia Cristiana,
210 Massachusetts Ave., P03-30,
Boston, MA 02115, EE.UU.
O por correo electrónico a
: heraldo@csps.com

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / julio de 2011

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.