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Artículo de portada

Dar testimonio del Cristo sanador

Del número de julio de 2014 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Original en francés


Desde el año 2005, un pequeño grupo de Científicos Cristianos en Kinshasa, República Democrática del Congo, ha estado produciendo y transmitiendo, dos veces al mes, un programa de radio titulado “La curación espiritual en la actualidad”, el cual incluye curaciones por medio de la Ciencia Cristiana. En enero de este año, uno de sus conductores, Gérard Mutombo Biba (GMB), grabó un programa sobre la importancia de las reuniones de testimonios de los miércoles que se celebran en las iglesias de la Ciencia Cristiana en todo el mundo. Sus invitados fueron Louis Mulumba (LM), practicista de la Ciencia Cristiana de Kinshasa, y Reagan Kabuluku (RK), a cargo de la Organización de la Ciencia Cristiana en una de las universidades de Kinshasa. A continuación publicamos extractos de dicho programa:

GMB: Cada reunión de testimonios de los miércoles es una oportunidad para compartir experiencias acerca de la grandeza del abundante amor de Dios en nuestra vida. Es también una oportunidad para aprender de los demás, y ser bendecidos al expresar gratitud por todo lo que hemos recibido. ¿Por qué crees que es particularmente importante asistir con regularidad a las reuniones de testimonios de los miércoles?

LM: Creo que la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, fue inspirada mediante la revelación a establecer las reuniones de testimonios de los miércoles, para que no nos guardáramos para nosotros los frutos de nuestra oración y estudio, sino que los compartiéramos con otros. Por ejemplo, un día tuve fiebre, así que oré con pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Sané rápidamente, y compartí de inmediato mi experiencia con otros dando un testimonio en la iglesia, porque quería que muchos supieran que podían ser sanados rápidamente, también.

RK: Los que asisten a la reunión de testimonios de los miércoles traen un corazón agradecido. El compartir nuestras experiencias demuestra que todos podemos encontrar soluciones espirituales a cualquier tipo de dificultad o condición física. Si alguien cuenta cómo encontró trabajo por medio de la oración, puedes sentirte reconfortado si estás desempleado, y tener la certeza de que siempre que ores, también tendrás un resultado favorable. Yo diría que una reunión de testimonios de los miércoles es como la escuela ¡siempre hay algo que aprender!

GMB: Pero ¿debes ir a la reunión si sientes que no tienes algo para contar?

LM: ¡Sí! Somos bendecidos todos los días. Entonces, ¿cómo podemos decir que no tenemos nada que compartir, que no tenemos curaciones? ¡Nuestra vida es una bendición, y tenemos que dar testimonio de ella! Las personas me preguntan a menudo: “¿Sana la Ciencia Cristiana?” Yo les respondo diciendo: “Ven a una reunión de testimonios de los miércoles. Puedes escucharlo por ti mismo. Ven si eres, o no eres, Científico Cristiano. La reunión de testimonios es importante para todos”. Los testimonios que se relatan en un lugar público como ese, son una prueba para los demás de que la Ciencia Cristiana sana. De hecho, conozco a varias personas que decidieron estudiar la Ciencia Cristiana, debido a la inspiración que obtuvieron en las reuniones de testimonios. Es por eso que cuando asistimos a una reunión de testimonios, no podemos simplemente quedarnos sentados y escuchar a otros hablar, sino que debemos apoyar la reunión, poniéndonos de pie y expresando nuestra gratitud.

GMB: ¿Tienes algún ejemplo de una curación que escuchaste en una reunión de testimonios que realmente te ayudó?

RK: Recuerdo un testimonio que me ayudó muchísimo. El testificante comentó que su familia tenía problemas económicos, por lo que un año no pudo asistir a la universidad regularmente debido a que no siempre podían pagar el costo de sus cursos. Pero él y su familia manejaron la situación desde una perspectiva espiritual. No se vieron a sí mismos como carentes de dinero sino que reconocieron, en cambio, que ya tenían todo el amor de Dios. Toda la familia oró con estas ideas: “El Alma tiene recursos infinitos con que bendecir a la humanidad...” (Ciencia y Salud, pág. 60). Y “Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” (Mateo 6:8). Se dieron cuenta de que Dios ya había respondido a su necesidad, y así encontraron una solución.

Conozco a varias personas que decidieron estudiar la Ciencia Cristiana, debido a la inspiración que obtuvieron en las reuniones de testimonios.

Este testimonio me ayudó mucho cuando me encontré en una situación muy similar en la universidad. Ese año yo tenía dificultades económicas así que decidí retirarme y esperar a ver si podía volver al año siguiente. Pero esta era una decisión basada puramente en el razonamiento humano. Entonces recordé el testimonio que había escuchado en la iglesia, y rápidamente volví mi pensamiento hacia las verdades espirituales que el testificante había compartido en la reunión. De pronto estuve seguro de que había una solución para mí. Y curiosamente, uno de los amigos de mi padre llamó diciendo que quería verme. Cuando nos encontramos, me dijo que quería contribuir con mis gastos universitarios. De hecho, él pagó el monto total de los gastos, ¡incluso antes del tiempo límite! Sin la convicción y la fortaleza que adquirí por medio del testimonio que había escuchado antes en la iglesia, mi vida hubiera podido tomar un giro diferente, y ¡no necesariamente para mejor!

LM: Para mí, esto es una prueba de que no se puede subestimar la importancia de las reuniones de testimonios. Cuando pensamos que no podemos ir, esos no son pensamientos semejantes al Cristo. Cuando vamos a las reuniones de los miércoles, estamos testificando del poder sanador del Cristo. No querer ir es de alguna manera negar la actividad del poder sanador del Cristo en nuestra vida.

GMB: Pero, ¿debemos realmente decir en voz alta nuestras curaciones? Algunos han tenido una curación, pero desean guardarla para sí mismos. Jesús sanó a muchos, y ocasionalmente dijo que no dijeran nada a nadie (véase Mateo 9:27-31).

LM: Sí, en alguna ocasión Jesús pidió algo así; sin embargo, ¡mira lo que sigue en ese pasaje! Incluso cuando pidió que no dijeran nada, los dos hombres ciegos que Jesús sanó no pudieron evitar decirle a toda la región que habían sido sanados. ¡Proclamar que Dios es un Dios viviente presente en nuestra vida, es liberador! Dar un testimonio es decir: “¡Gracias, Dios mío!”

RK: Cuando nuestros padres nos dan algo, decimos: “Gracias”. Así que es normal estar agradecidos a Dios, nuestro Padre-Madre, por las cosas maravillosas que Él hace en nuestra vida. Siempre hay algo por lo que podemos estar agradecidos.

GNB: ¿Qué cuentas durante una reunión de testimonios?

LM: Doy gracias por las bendiciones recibidas. Por ejemplo, hay personas que me han dicho que no tengo suficiente dinero para criar a mi familia porque soy practicista de la Ciencia Cristiana. Pero yo he podido testificar muchas veces que gracias a mi profundo estudio de la Ciencia Cristiana y a que la pongo en práctica a diario, Dios se ha hecho cargo totalmente de mi cuidado y el de mi familia.

¡Proclamar que Dios es un Dios viviente presente en nuestra vida, es liberador!

RK: Yo quiero darles un ejemplo de lo que he compartido últimamente. Habíamos planeado dar una conferencia de la Ciencia Cristiana en nuestra universidad, pero sucedió que coincidía con la reelección del comité directivo de la misma. Había mucho malestar porque el cuerpo estudiantil se había dividido, algunos apoyaban firmemente al comité anterior, y otros al nuevo. Habíamos solicitado un salón para la conferencia pero nos lo habían negado. Nos habían dicho que había demasiada tensión en el ambiente como para realizar una conferencia. Así que nosotros, los miembros de la Organización de la Ciencia Cristiana en nuestra universidad, comenzamos a orar. Sabíamos que Dios tenía el control, y que una conferencia era una actividad guiada por el Cristo con el propósito de compartir la Ciencia Cristiana con otros. No era simplemente una actividad humana, donde un conferenciante hablaría a los estudiantes, sino que era el Cristo hablando a la consciencia humana. La calma volvió al campus de la universidad. Pedimos nuevamente un salón, y nos dieron uno. Así que la conferencia se llevó a cabo como habíamos planeado. ¡Yo estaba tan agradecido por este resultado que tuve que compartirlo de inmediato en la reunión de testimonios!

LM: Cada miércoles podemos preguntarnos: “¿Estamos realmente agradecidos por el bien ya recibido?” Participar en las reuniones de testimonios semanales nos permite responder: “Entonces aprovecharemos las bendiciones que tenemos, y así estaremos capacitados para recibir más” (Ciencia y Salud, pág. 3).

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