En general, las personas que estudian la Ciencia Cristiana sienten que la explicación que esta ofrece de las verdades bíblicas fundamentales, es la bendición más grande que han recibido en su vida: el hecho de que Dios es Espíritu, totalmente bueno, el creador de un universo espiritual, libre de pecado, y que esta es la única realidad que existe. Comprenden que no se trata simplemente de una hermosa teoría, sino que la Ciencia Cristiana puede sanar el mal de manera tangible y práctica.
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