¿Conoces la historia de un elefante llamado Horton? Se ofrece a ayudar a su amiga, un pájaro llamado Mayzie, sentándose en su huevo. Ella se va volando para tomarse unas vacaciones, y Horton cumple su promesa de sentarse en el huevo. Se queda a pesar de la lluvia, los relámpagos y los truenos. Se queda a pesar de la aguanieve y la nieve. Incluso se queda cuando sus amigos se ríen de él. Pase lo que pase, Horton cumple su promesa de permanecer en el nido sobre el huevo. Él dice:
“Va en serio lo que dije,
y lo que dije así lo siento…
Un elefante es leal,
¡y es leal al cien por ciento!”
(Dr. Seuss, Horton cuida un nido).
Al final de la historia, nace un pajarito, y se parece a Horton, con una cola y una trompa como la suya. Y todos están cien por ciento contentos.
La parte que más me gusta de esta historia es la parte de que fue cien por ciento leal. Ser leal significa cumplir las promesas, ser leal a tu palabra. Me hace pensar en que Dios es leal a Su promesa de amarnos y cuidarnos, pase lo que pase. La lealtad de Dios es cien por ciento.
Aquí hay una forma en que Dios nos dice esto en la Biblia: “Te he amado con un amor eterno; por lo tanto, he continuado mi lealtad a ti" (Jeremías 31:3, según English Standard Version).
Hay muchas historias en la Biblia que muestran la lealtad de Dios. ¿Conoces alguna?
Una que me gusta está en el libro de Éxodo. Se trata de cómo Dios le mostró a un hombre llamado Moisés el camino hacia un nuevo hogar para su pueblo, los hijos de Israel. Esta Tierra Prometida estaba muy lejos de donde vivían en Egipto, y les tomó años llegar allí. Pero Dios les fue leal, y siempre tenían lo que necesitaban para comer y beber, a pesar de que viajaban por el desierto.
Dios ha sido leal a Su promesa de cuidar de mí también. Cuando me picó una avispa, oré, y Dios me mostró que podía perdonarla. Entonces el dolor se detuvo. Cuando accidentalmente me golpeé la cabeza contra la puerta del garaje, Dios me dijo que podía dejar de pensar que había cometido un error tonto y recordar, en cambio, que Dios me había estado cuidando todo el tiempo. Entonces no me lastimé en absoluto. Cuando necesitaba un amigo, Dios me trajo uno y estuve agradecida.
Dios también te es leal a ti, ya sea que los desafíos que enfrentes parezcan grandes o pequeños. Recuerda que prometió amarte con un amor eterno. Entonces, si algo parece difícil o aterrador o si te sientes solo, puedes recordar que Dios siempre está haciendo todo lo correcto para cuidarte. Su cuidado es siempre cien por ciento.
