Con un deseo profundo y sincero de glorificar a Dios, quiero ofrecer este testimonio de gratitud por las múltiples bendiciones que he recibido desde que comencé el estudio de la Christian Science. Mi primera curación fué la de un tumor interno que el médico me advirtió me causaría la invalidez y para lo cual se había planeado una operación. Esta afección me tenía encorvada completamente y no me permitía pararme derecha.
Vivía en esa época en casa de una estudiosa de la Christian Science, mas yo no sabía absolutamente nada acerca de esta religión. Le conté a esta estudiosa la historia de mi mala salud, y antes de que hubiera acabado de relatarle todo lo que quería decirle me aconsejó que no hablara más de esta condición con nadie. A medida que ella hablaba refutando el error, sentí como si me hubiesen sacado de un obscuro pozo. Con las lágrimas que abundantemente me corrían por las mejillas, me hallé parada derecha y completamente libre. La curación había sido instantánea. Cuando el médico volvió y me examinó nuevamente no pudo hallar ni rastro del tumor. Esto aconteció hace más de veinticinco años, y esta aflicción no ha vuelto a repetirse jamás.
La Científica Cristiana que me sanó me dió de su literatura y me refirió a una Sala de Lectura para que me procurase el libro de texto “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy. Desde aquel día hasta hoy todas mis necesidades han sido suplidas mediante la aplicación de la Christian Science. En mi hogar se han llevado a cabo numerosas curaciones como las de jaqueca, toxenía y gripe. Por añadidura el hábito de fumar que duraba ya desde hacía muchos años fué vencido.
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