Ser como niños toma un maravilloso significado nuevo en la Christian Science. En su sentido científico y más hermoso, significa ser el hijo de Dios, el Amor divino, enteramente hermoso, digno de ser amado y querido. Quiere decir ser cuidado, protegido y vigilado por nuestro Padre-Madre Dios, quien es del todo armonioso. Significa no tener conección alguna con ningún concepto mortal, pues el ser hijo de Dios no tiene absolutamente nada que ver con la falta de madurez, el crecimiento o la vejez.
En la Christian Science, ser como niños quiere decir ser hijos de Dios, quien es el Ser infinito. El reflejo o hijo de Dios es enteramente la semejanza de Dios, bueno en todo respecto.
Para aquellos que en su niñez tuvieron hogares incompletos, o les faltó el amor y el cuidado apropiado, la Christian Science les restaura “los años que comió la langosta” (Joel 2:25).
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