Han sido tantas las bendiciones que ha recibido mi familia desde que comenzamos sinceramente el estudio y la aplicación de las enseñanzas halladas en el libro de texto de la Christian Science, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, que desearía compartir algunas de ellas con otros.
Una de ellas fué la curación de una gangrena que se desarrolló siguiendo a una infección que mi esposo sufrió en una pierna. Eramos en aquel entonces principiantes en la Ciencia y como se apoderara de él tanto temor me pidió que llamase a un médico. Así lo hice pero mi esposo empeoró en vez de mejorar bajo el tratamiento médico.
Cuando se hizo evidente que tendrían que amputarle la pierna, él se volvió a la Christian Science, y me rogó que llamase a un practicista. Se le dió afectuosa ayuda y esa noche pudo dormir pacíficamente. Al tercer día se había formado piel nueva y en menos de una semana mi esposo fué en su automóvil a la oficina del practicista. La completa curación se efectuó muy rápidamente.
Yo fuí sanada admirablemente de constipación que duraba de hacía muchos años en sólo tres tratamientos. Cuando nuestro hijo era bebé fué sanado de una grave afección de eczema. Esta curación fué lenta, mas completa, y ha sido permanente. Ocurrió hace más de veinte años y la dolencia no se ha repetido. La ley infalible del Amor divino probó ser la única ley verdadera cuando nos vimos demandados judicialmente de manera injusta. Todos los que se vieron envueltos en este asunto fueron bendecidos por el resultado final. Con la sola ayuda de mi pequeño hijo fui sanada de quemaduras en menos de una hora. Me falta el espacio en el cual relatar todas las bendiciones que hemos recibido.
Me siento sumamente agradecida por la Escuela Dominical y por los afectuosos y pacientes practicistas que están siempre listos para ayudarnos. También me siento humildemente agradecida por ser miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial. Me faltan las palabras con las cuales expresar mi agradecimiento por haber recibido instrucción facultativa en la Christian Science y por la inspiración que me han aportado cada una de las reuniones anuales de la asociación. Agradezco de verdad a Dios por Cristo Jesús, nuestro Mostrador del camino, y por Mrs. Eddy, cuyo pensamiento fué lo bastante puro para recibir la revelación de la Verdad y darla al mundo. Mi ruego sincero es que pueda vivir de acuerdo a estas verdades de la Christian Science de modo que todos aquellos capaces de ver sean atraídos a esta luz que brilla en la obscuridad.— Portland, Oregon, E. U.A.
