Con inmensa gratitud por haber encontrado en la Christian Science el camino de la luz y el amor, escribo este testimonio en reconocimiento del afectuoso, tierno y alentador cuidado de Dios. Sólo después de haber pasado a través de grandes vicisitudes y mientras vivía en el extranjero acepté esta Ciencia, y al hacerlo hallé la solución de muchos problemas.
De esto hace ya más de veinte años. En tanto se ha desarrollado para mí un período de actividades muy felices que han traído consigo muchas bendiciones. Sin notarse desaparecieron dificultades de carácter digestivo de las cuales había sufrido por muchos años. Un caso serio de inflamación a la garganta fué superado cuando me di cuenta del error que estaba cometiendo al albergar resentimiento hacia una persona cuyas acciones me causaban daño.
Gracias al trabajo fiel de un practicista, las complicaciones que ocurrieron durante el tal llamado cambio de vida, fueron superadas. Durante este período no sufrí inconvenientes de ninguna especie en mis actividades profesionales y las de la iglesia, y el mal no se ha repetido.
En cierta ocasión me caí de la plataforma a las vías en una estación del subterráneo. Al oír mis gritos pidiendo ayuda algunas personas me ayudaron a subir nuevamente a la plataforma justo en los momentos en que llegaba un tren. Con la ayuda de un practicista fué evitado el sufrimiento físico.
Una mañana temprano sufrí otra caída en los escalones de mi casa. Me esforcé por no desmayarme, y con gran dificultad pude ponerme en pie. Pero declaré en voz alta la verdad contenida en “la declaración científica del ser” hallada en la página 468 de Ciencia y Salud por Mrs. Eddy. Pude llegar a mi pieza, dormí un poco y luego sin sentir molestia alguna cumplí con mis deberes de organista en el servicio del domingo de la Sociedad de la Christian Science recientemente formada. Estoy muy agradecida por esta prueba del cuidado de Dios.
Desde muy joven había abrigado la esperanza que me sería posible llevar la ayuda, el consuelo y la iluminación espiritual a las vidas de mis prójimos. Gracias a la Christian Science este deseo se ha visto cumplido en una medida mucho mayor de lo esperado y por esto agradezco a nuestro Padre celestial. Las enseñanzas de Cristo Jesús tan claramente iluminadas por nuestra amada Guía, Mrs. Eddy, me han enseñado el camino por el cual puedo ser una bendición para los demás.
He tenido el privilegio de servir en una iglesia filial en varias capacidades, y esto me ha proporcionado muchas bendiciones. Este trabajo en la viña del Señor y el estudio de la literatura autorizada de la Christian Science me maravillan siempre más cuando percibo la infinitud del reino de Dios y la abundancia de las oportunidades espirituales que existen de bendecir a toda la humanidad.
Por todas las experiencias que he experimentado y en especial por el inolvidable privilegio de haber tomado clase de instrucción, le estoy muy agradecida a Dios desde el fondo de mi corazón. Me estoy esforzando por dar más y más pruebas de mi gratitud obedeciendo las palabras de la Biblia (Santiago 1:22): “Sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores de ella.” — Bernal, Argentina.
