Un estudiante de la Christian Science tuvo que habérselas en cierta ocasión con la pregunta siguiente: “Si estuviera aquí el Apóstol Pablo y tomando en cuenta las exigencias financieras de hoy en día ¿ podría él decir con tanta certidumbre que tendríamos 'siempre toda suficiencia en todo'?” (II Corintios 9:8).
Una demanda tal tiene su origen en la creencia falsa que la suficiencia se reduce a una cantidad estipulada de cierta cosa material. Sin embargo, un sincero estudio de la Biblia y las enseñanzas de la Christian Science revela que lo material es de importancia secundaria y no es la substancia verdadera.
Mary Baker Eddy dice en su libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” (pág. 286): “Los pensamientos de Dios son perfectos y eternos, son substancia y Vida. Los pensamientos materiales y temporales son humanos, conteniendo errores; y puesto que Dios, el Espíritu, es la única causa, ellos carecen de causa divina. Lo temporal y lo material no son, pues, creaciones del Espíritu. No son sino las falsificaciones de lo espiritual y eterno.”
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