Cuando nuestra hijita contaba cuatro meses se vió atacada de bronconeumonía. Nuestro médico nos había hecho varias visitas pero la niña empeoraba en vez de mejorar. A ese punto el médico muy bondadosamente me informó que no podía hacerse nada más por ella. Una vecina nuestra había experimentado recientemente una curación mediante la Christian Science; así es que como último recurso la llamé. Ella me dió el número del teléfono de una practicista de la Christian Science que le había ayudado a ella.
Cuando llamé a la practicista, ella me respondió confiadamente: “Con mucho gusto le ayudaré.” En menos de media hora el bebé dormía profundamente y su respiración era normal. Cuando despertó seis horas más tarde la fiebre había desaparecido y la pequeña se hallaba perfectamente bien. Este experiencia fué un milagro para mí. Pedí prestado un ejemplar de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, y comencé a leerlo para descubrir cómo había sido sanada nuestra hijita. Cuando leí la primera frase del capítulo sobre La Oración me percaté que había hallado una religión de resultados prácticos y la cual había estado deseando hacía mucho tiempo.
Durante la crianza de cuatro niños he sido testigo de curas rápidas y permanentes de sarampión, viruela, crup e impétigo. En una ocasión nuestro pequeño hijo volvió a casa de la escuela con fiebre escarlatina, y por lo cual fué necesario informar a las autoridades sanitarias de la ciudad. El médico que diagnosticó el caso quiso darle una inyección. Amablemente pero al mismo tiempo enfáticamente nos rehusamos a acceder a esto. Cuando el letrero que indicaba cuarentena iba a ser quitado de nuestra casa, el mismo médico vino y pidió examinar al niño antes de permitirle volver al colegio. Después de examinarlo cuidadosamente y habiendo llenado una tarjeta que el niño debía llevar a la escuela, el médico dijo: “No sé si se da cuenta cuán agradecida debe estar usted.” Le aseguré que lo estaba, y él continuó diciendo: “Jamás he visto un caso tan grave como lo era este que no dejase algún rastro, pero este niño está perfectamente bien en todo sentido.”