“La imagen del Espíritu no puede ser borrada, ya que es la idea de la Verdad y no cambia, sino que se presenta más clara y bella al fallecer el error.” Estas palabras que aparecen en la página 543 en la obra “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, iluminan el hecho que, no obstante las apariencias sostengan lo contrario, el hombre permanece por siempre “la imagen del Espíritu.”
Cuando la autora de este artículo comenzó el estudio de la Christian Science, el hombre aparentaba ser para ella una personalidad finita. Sólo gradualmente comprendió que la creencia en la realidad del pecado, la enfermedad, la pena y la carencia carece de poder alguno para tocar o destruir “la imagen del Espíritu.”
Por muy impenetrables que fueran la niebla y las nubes, no pueden cambiar una montaña, aun cuando momentáneamente la obscurezcan de nuestra vista. Estas pueden ser asemejadas a los pensamientos erróneos: por ejemplo, la creencia falsa que el hombre vive separado de Dios. Pero la Christian Science ha hecho posible que los hombres reemplacen los pensamientos erróneos o nebulosos con aquellos que son pensamientos positivos y correctos. A medida que llenamos nuestra consciencia con pensamientos afectuosos de la verdad, ellos comienzan a expeler la niebla del error.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!