Aquellas personas que parecen incapaces de gobernar sus emociones y reacciones a menudo se excusan declarando que poseen un temperamento artístico. Quieren decir con ello que son excesivamente sensibles al ambiente y a otras personas. Poniendo la palabra “artístico” junto con “temperamento”, atentan investir de cierto atractivo a esta flaqueza humana.
Un temperamento de esta naturaleza puede no obstante causar incalculable infelicidad tanto al que lo posee como a aquellos que están asociados con él. De manera que bien vale la pena — y en verdad es mucho más efectivo — tratar de sobreponerse a esta débil tendencia en vez de excusarla.
Cristo Jesús expresaba invariablemente el amor espiritual y el afecto humano justo, pues reconocía a Dios como su Padre y se hallaba enteramente bajo Su gobierno. Sanó a Pedro de su impetuosidad y de otras formas de arranques de temperamento. Nosotros podemos y debemos igualmente sentirnos libres de los extremos de temperamento en razón de que somos hijos de Dios, quien es Espíritu. Al hacer esto adquirimos el sentido espiritual. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, que está de acuerdo con las enseñanzas de la Biblia, dice en “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” (pág. 209): “El sentido espiritual es una capacidad consciente y constante para entender a Dios.”
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