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Alcanzando la victoria

Del número de enero de 1961 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Christian Science Monitor


Desde la infancia hasta la madurez la humanidad aprende el valor que representa el alcanzar una victoria. Pero, ya fuere en mayor o menor grado, la única victoria verdadera es espiritual, pues tiene como base la Verdad invariable y el Amor universal y expresa las leyes del Principio divino, la Mente omnipotente.

Las victorias humanas que se obtienen a través de móviles sin conciencia, aunque fueran impresionantes, no contienen el elemento de la santidad. De manera que no son victorias en realidad. No son de valor permanente en nuestro desarrollo y progreso verdaderos. En cualquier momento la sabiduría y la verdad pueden descubrir su propósito falso y anular su aparente éxito. Dependiendo totalmente de los métodos de la manipulación humana, la hazaña material y las tácticas desviadas y evasivas, tales victorias corren el riesgo de ser desenmascaradas, contraatacadas y finalmente condenadas a la desintegración y el deterioro.

Los grandes guías del mundo se preocupan no sólo de la victoria, mas también de los métodos mediante los cuales se alcanza la victoria. La guía verdadera es dirigida por Dios y expone y anula el mal, la superstición, el materialismo y la opresión. En la guía verdadera la inteligencia de la Mente divina, la ley y el orden prueban ser supremos y son capaces de gobernar y dirigir cualquier circunstancia. El mantenerse alerta al problema en mano, la dedicación al deber que debe llevarse a cabo y la selección del método guiado por Dios a seguirse en toda situación, son inseparables de la victoria segura y duradera.

Mrs. Eddy declara en su obra Miscellaneous Writings (Escritos Diversos, págs. 267, 268) lo siguiente: “A través de toda la historia humana, los resultados vitales de la Verdad han sufrido la afrenta y la pérdida temporales debido a la presunción, la cobardía o la fraudulencia por parte del individuo.” Y ella continúa diciendo: “La predisponente y provocante causa de todo fracaso o éxito bajo el sol reside sobre esta base científica, es decir: que la acción, en obediencia a Dios, espiritualiza los móviles y métodos del hombre y los corona con el éxito; en tanto que la desobediencia a este Principio divino materializa los modos y la consciencia humanos y los frustra.”

En este siglo se está ensayando el método de adquirir la victoria mediante la unión del mundo a favor de una causa común que abroga por la libertad y la solución del problema de la escasez, la ignorancia, la pobreza y la enfermedad. Muchos hombres y mujeres dedicados a la causa de la libertad y el progreso están probando nuevos métodos en campos extraños a su medio ambiente nativo. El materialismo reclama tener la habilidad, el poder y la astucia para aventajar las prácticas honestas y generosas. ¿Hacia qué lado se inclinará la victoria?

La Christian Science enseña a la humanidad el método verdadero de proceder, que es gobernado por el Principio que dirige a los hombres y las naciones y que guía a la victoria verdadera. Es un método del poder de la Mente que se basa sobre las leyes de la inteligencia divina infinita. Este método se consagra a la integridad del móvil que se basa sobre la Verdad invariable y el Amor universal, que no destruyen, hunden, absorben o dominan mediante el hambre, la opresión, el temor o la guerra. Esta religión no se confina a la elite, mas es para todos. Cada individuo puede valerse de esta Ciencia que fué practicada por Cristo Jesús.

La Christian Science no sólo es la verdad sanadora que vence a la enfermedad, mas es la verdad iluminadora que descubre y se sobrepone a los métodos falsos que reclaman que el fin justifica los medios. Demuestra la comprensión científica que al hombre, el hijo bienamado de Dios, le ha sido dado dominio por sobre toda la tierra.

En la Biblia leemos (I Corintios 15:57, 58) lo siguiente: “¡Gracias a Dios que nos da la victoria, por medio de nuestro Señor Jesucristo! Por lo cual, amados hermanos míos, estad firmes, inmóviles, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestra obra no es en vano en el Señor.”

Este es el único modo de adquirir la victoria duradera.

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