La siguiente experiencia es relatada con profunda gratitud hacia la Christian Science y con un sincero deseo de que sea de ayuda para aquel que busca la curación.
La Christian Science vino a mi conocimiento casi un año antes del nacimiento de nuestro primer niño. Durante varios meses había estado visitando la Sala de Lectura de la Christian Science tratando de aprender más acerca de Dios. Poco antes del nacimiento, el médico que atendería el parto me informó que el niño se presentaba de nalgas. Llamé a una practicista de la Christian Science, mencionándole lo que había dicho el médico, y le pedí que me ayudara. Ella me aseguró acerca de la presencia y el poder de Dios.
Mediante el trabajo de la practicista y mi propio estudio, pude captar una vislumbre del ser espiritual verdadero e indestructible del hombre, la eternalidad de la Vida y la totalidad de Dios. Pocos días después cuando el médico hizo su examen final, de pronto y con gran excitación llamó a su enfermera y le dijo que el bebé había cambiado de posición. Un parto normal tomó lugar poco después.
Esta experiencia ha sido para mí como una gran luz por dos razones muy importantes: primero, porque en mi pensamiento no hubo temor; segundo, no estábamos tratando de cambiar la materia, pero sí deseábamos conocer mejor a Dios. El resultado se manifestó en la corrección de la condición física.
Nuestra familia de tres niños varones ha experimentado rápidas curaciones de sarampión, viruela y resfriados. Los niños están aplicando la verdad en la escuela y en sus relaciones con los demás. Estamos profundamente agradecidos a Dios, nuestro Padre-Madre, como también a Cristo Jesús, nuestro Mostrador del camino, y a Mrs. Eddy, nuestra amada Guía. El ser miembro de La Iglesia Madre y una iglesia filial es una gran bendición para mí.—Sherman Oaks, California, E.U.A.