La Biblia nos asegura que el hombre es el punto culminante en el orden de la creación, y que su majestad es indudable porque refleja a su creador, el Dios perfecto. A la verdad, él es la imagen verdadera de Dios, la Vida, la Verdad y el Amor.
La Christian Science reconoce la diferencia que existe entre una personalidad material y la individualidad espiritual del hombre. Enseña que el hombre no sólo no ha sido hecho del polvo, pero que tampoco es el siervo de la materia. El hombre, tal como lo revela la Ciencia, es una idea espiritual compuesta, coexistente con Dios.
Mrs. Eddy, la reveladora de esta Ciencia, no confundió al hombre verdadero, espiritual y perfecto con la personalidad material. Ella siempre conservó al hombre en su pensamiento bajo el concepto de idea, pura y majestuosa. Esto se hace evidente en la declaración que hace en su obra “No y Sí” (pág. 25): “El hombre es la idea eterna de su Principio divino o Padre. El no es ni materia ni un modo de la mente mortal, porque es espiritual y eterno, un modo inmortal de la Mente divina.”
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