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“Yo soy un Científico Cristiano”

Del número de abril de 1961 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando uno hace la declaración: “Yo soy un Científico Cristiano,” se hace a sí mismo el llamado más retador de su vida. Demostrar científicamente la presencia y el poder del Cristo, la divina manifestación de Dios, es el factor más revolucionario y a la vez el más sanador en la experiencia humana. Mary Baker Eddy nos dice qué es lo que constituye un Científico Cristiano cuando escribe en su obra The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (La Primera Iglesia Científica de Cristo, y Miscelánea, pág. 5): “El Primer Mandamiento del Decálogo Hebreo, ‘No tendrás otros dioses delante de mí,’ y la Regla Aurea son el todo-en-todo de la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.. Son el idealismo y el realismo espirituales que al ser percibidos forman un Científico Cristiano, sanan al enfermo, reforman al pecador y roban a la tumba de su victoria ”

Los miembros de las diferentes denominaciones cristianas se diferencian entre sí por sus diversas creencias doctrinales. El Científico Cristiano genuino se distingue por su convicción de que Dios es Todo-en-todo y por su confianza radical en el poder espiritual para hacer frente a toda necesidad y para resolver cada problema. El Científico Cristiano se subscribe como miembro de La Iglesia Madre a los Artículos de Fe, o sea los seis puntos principales, que hacen hincapié a la adhesión a un solo Dios y a la Regla Aurea. Estos Artículos de Fe pueden ser hallados en la página 497 de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mrs. Eddy.

La alacritud con la cual uno acepta estos puntos básicos de la Christian Science y las hace parte de su experiencia frecuentemente determina la rapidez y la certeza de su curación. El Dios único a quien adoramos es Vida eterna, como lo revela la Biblia. Creer en una otra vida u otro poder es creer en otro dios. Es esta creencia falsa la que parece hacer mortales a los hombres y tenerlos sujetos a la enfermedad.

A medida que refutamos la creencia falsa, nos vemos libres de sus limitaciones y probamos que el hombre verdadero es la imagen y semejanza de Dios. Cristo Jesús, nuestro Mostrador del camino, demostró el ser verdadero del hombre. El demostró el Cristo, la idea espiritual de Dios. A través de sus curaciones maravillosas y de su crucifixión y resurrección, probó la totalidad del Espíritu y la nada de la materia. Los Científicos Cristianos sinceros oran y trabajan para ser capaces de manifestar la Mente “que estaba también en Cristo” (Filipenses 2:5). Y se esfuerzan por bendecir a sus prójimos.

La oración que alcanza estos resultados y destruye el pecado, la enfermedad, la carencia y la muerte no es meramente una oración que suplica. Mrs. Eddy reveló a esta era la oración de la comprensión espiritual que se basa sobre la percepción de la totalidad e integridad del bien, la perfección de Dios y Su idea, el hombre, y la nada de la materia. Esta es la base de un tratamiento en la Christian Science que es capaz de sanar cualquier clase de enfermedad.

Un día un desconocido vino a visitar a un Científico Cristiano. Dijo que no sabía nada acerca de esta Ciencia, pero que le habían dicho que lo podría sanar de una condición que según exámenes con rayos X había sido diagnosticada como tuberculosis. Se le invitó a que entrara dándosele una breve explicación de la Christian Science. Escuchó atenta y reverentemente la explicación basada sobre los Artículos de Fe de la Christian Science. Luego dijo pausadamente que deseaba ser un Científico Cristiano, y añadió: “¿Qué debo hacer para probarlo?” Se le indicó que se procurara los libros de texto, a decir, la Biblia y Ciencia y Salud. También se le dijo que comprara el Cuaderno Trimestral de la Christian Science y que estudiara las Lecciones-Sermones que hallaría en él. Se le señaló que era muy esencial que viviera y practicara continuamente las verdades que contienen estos libros.

Aquel que necesitaba ayuda pidió que se le diera tratamiento según la Christian Science, prometiendo que abandonaría las medicinas materiales y que se apoyaría completamente en Dios. Se le rogó que meditara sobre el padrenuestro y que leyera y pensara acerca de “la declaración científica del ser” que aparece en la página 468 de Ciencia y Salud. El practicista volvió entonces su pensamiento a Dios, esforzándose por percibir Su totalidad, presencia y poder. Trató de excluir toda sugestión de un hombre y un universo materiales y todos los argumentos de pecado, enfermedad y muerte. Percibió que el hombre verdadero es la evidencia y testigo mismo de Dios, de modo que espiritual.

El paciente contó más tarde con gran alegría que los rayos X finales que tuvo que hacerse tomar para cumplir con lo requerido por los reglamentos del estado, no mostraban ni rastros de la enfermedad. Añadió que no se requerían más exámenes. Desde entonces ha continuado a estudiar y practicar la Christian Science y ha gozado de buena salud. Mrs. Eddy dice (ibíd., pág. 425): “La consciencia construye un cuerpo mejor, cuando la fe en la materia se haya vencido. Corregid la creencia material por el entendimiento espiritual, y el Espíritu os formará de nuevo.”

El Científico Cristiano se esfuerza sinceramente por adorar a un Dios perfecto y único y de ver a todo individuo como la propia imagen de Dios. Esta tarea no es siempre fácil en vista de las experiencias diarias con los elementos antagónicos a menudo rampantes tales como el odio, la codicia, la deshonestidad y demás. La manifestación humana frecuentemente presenta diferencias de raza, nacionalidad y religión. Arguye a favor de la enfermedad y el temor. Todos los conceptos falsos deben ser totalmente borrados del pensamiento mediante el reconocimiento de la totalidad de Dios de modo que la Christian Science pueda ser demostrada efectivamente.

En momentos en que lo que se presenta ante la vista humana parece ser muy lúgubre, debemos saber que en ese mismo momento la oportunidad espiritual es tanto mayor. Pablo escribe (II Corintios 6:2): “En tiempo acepto te he escuchado, y en día de salvación te he ayudado: ¡ he aquí ahora es el tiempo acepto! ¡ he aquí ahora es el día de salvación!”

El mundo necesita más que nunca la salvación de los errores de la creencia humana mediante la aplicación de la ley de Dios de la armonía. Aplicar esta ley en la vida diaria es la misión de todo Científico Cristiano. Respondiendo a la pregunta: “¿ Cómo definiría usted la Christian Science?” Mrs. Eddy dice en “Rudimentos de la Ciencia Divina” (pág. 1): “Como la ley de Dios, la ley del bien, que interpreta y demuestra el Principio divino y la regla de la armonía universal.”

Tomar parte en la demostración de la armonía universal es sin duda un reto y un privilegio. Debemos aplicar la ley de Dios a cada problema y esforzarnos por bendecir al mundo. Ahora tienen todos aquellos que comprenden aun en parte las enseñanzas de la Christian Science la oportunidad de plantarse firmes y humildemente declarar: “Yo soy un Científico Cristiano.”

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