Siento la más profunda gratitud por Mrs. Eddy, quien nos dió la Christian Science y estableció sus publicaciones periódicas algunas de las cuales incluyen testimonios de curación.
En el otoño del año 1949 sentí como si ya no me quedaba nada por qué vivir. Mi salud estaba quebrantada; mi hijo único se ausentaría al extranjero muy lejos para asistir a la universidad; y lo peor de todo era que mi vida matrimonial era tan inarmoniosa que una separación parecía casi inevitable. Mis seres queridos habían fallecidos todos, y me hallaba en un país extraño sin amigos. En mi desesperación clamé a Dios para que me ayudara y me enseñara lo que debía hacer.
Luego me vino el pensamiento de ir a visitar a unos parientes a quienes no había visto desde que era muy joven. Mientras tanto ellos se habían convertido en sinceros estudiantes de la Christian Science. En su hogar se expresaban el amor, la paz y la armonía, lo que me hizo percibir cuánto necesitaba yo estas cosas en mi propia vida. Tuve deseos de volver a mi hogar y conocer mejor a Dios mediante mi propio estudio de la Christian Science. Hacía muchos años que no me sentía tan feliz.
Es difícil comenzar a relatar la limpieza mental que tomó lugar. El beber y fumar, hábitos que duraban desde hacían veinticinco años, fueron vencidos cuando el hacerme miembro de una iglesia se hizo para mí un deseo muy sincero. A medida que me esforzaba por adherirme a mi nueva comprensión de mi relación a Dios como Su reflejo, rasgos de carácter, tales como el temor a la gente, la timidez, la conmiseración propia, la impaciencia, el mal genio, la autocondenación y la crítica me abandonaron, y con ellos desvanecieron las creencias de ataques de resfríos tropicales que tenía de tanto en tanto, además de tobillos débiles y muchas otras dolencias.
Leí, releí y oré para comprender todo lo que había escrito Mrs. Eddy acerca del matrimonio y el divorcio. Empecé a comprender el verdadero significado del amor como la expresión del Amor divino y con ello mis relaciones matrimoniales comenzaron a mejorar. El último obstáculo que finalmente fué superado fué el apetito falso por las bebidas alcohólicas que tenía mi esposo, y esto se llevó a cabo cuando yo me aferré a la verdad. Mrs. Eddy dice en “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” (pág. 357): “Sostenemos la Verdad, no aceptando mentiras, sino rechazándolas.” A medida que percibía que yo era la hija perfecta de Dios, fuí capaz de contemplar también a mi esposo como hijo de Dios. El Amor en verdad se refleja en el amor, y esta realización trajo la armonía a nuestro hogar.
La maravillosa comprensión de que Dios es a la vez Padre y Madre y de que nadie puede ser jamás separado de El me capacitó para soltar a mi hijo y ponerlo al cuidado afectuoso por siempre de Dios.
El capítulo titulado “La Ciencia, la Teología y la Medicina” en Ciencia y Salud, especialmente el segundo párrafo de la página 162, me ayudó a espiritualizar mi consciencia y a percibir lo que es mi salud verdadera. Mi salud fué totalmente restaurada y ahora gozo de una vida libre de enfermedades.
Mientras trabajaba sincera y devotamente en la demonstración de la provisión con lo cual tomar el curso de instrucción de la Christian Science hace de esto seis años, me vi obligada a sobreponerme a algunas de las limitaciones impuestas por la edad y el tiempo por medio del uso de un talento que en un tiempo fuera mi profesión. Comencé a enseñar baile a los niños de la vecindad. Al año siguiente mi deseo de tomar el curso de instrucción se vió realizado.
Jamás podré expresar toda la gratitud que siento por el modo de vivir completamente nuevo que la Christian Science me ha proporcionado. Deseo que mi luz resplandezca de manera que pueda ayudar a otros tal como yo he sido ayudada.— Balboa, Zona del Canal.
