Han transcurrido más de veinte años desde que experimenté mi primera curación mediante la Ciencia Cristiana [Christian Science]. Hasta esa época había gozado siempre de óptima salud y pensaba que la Ciencia sólo podía ser de interés para aquellos que sufrían de dificultades físicas. Entre tanto, y durante más o menos siete años, había asistido a los servicios de la iglesia con mi esposa que había tomado la Ciencia muy en serio.
Luego llegó una época en que las piernas y los pies se me cansaban fácilmente, de modo que se tornó muy difícil para mí recorrer la región que tenía a mi cargo en mi trabajo de vendedor. Lo que sabía acerca de la Ciencia había debilitado mi confianza en la medicina pero no del todo. Varios médicos a quienes consulté me dijeron después de examinarme que debía dejar de fumar y beber y que además debía someterme a un tratamiento médico especial. No escuché este consejo y por consiguiente mi condición empeoró rápidamente hasta que me ví obligado a abandonar mi trabajo al mismo tiempo que pasaba noches enteras sin dormir, acosado contínuamente por fuertes dolores.
Al ver todo esto, mi jefe comenzó a preocuparse por mi estado y llamó al especialista que me había examinado anteriormente. A pesar de que a mí no se me comunicó el diagnóstico, mi jefe fue informado que si no me internaba inmediatamente en un hospital y me dejaba amputar un pie y posiblemente una pierna, los resultados podrían ser fatales para mí. Cuando me enteré de esto, me resistí tan firmemente a la idea de perder un miembro del cuerpo que decidí tornarme a la Ciencia Cristiana [Christian Science].
Los días subsiguientes no fueron muy buenos. Se me desarrolló una condición gangrenosa. Pero la situación comenzó a mejorar un poco cuando a la hora más crítica pudimos conseguir una enfermera de la Ciencia Cristiana que vino a cuidarme y me atendía el pie. Un practicista sumamente afectuoso y comprensivo oraba día y noche, y él y la enfermera me sacaron de esta angustiosa situación. La curación fue gradual siendo necesario que leyera el libro de texto Ciencia y Salud por Mrs. Eddy, muchas, pero muchas veces, desde la primera página hasta la última. Y por supuesto los vicios de beber y de fumar fueron vencidos al llevarse a cabo la curación completa de la condición discordante.
La segunda guerra mundial se estaba desarrollando en la época en que ocurrió esto, así es que tuve que someterme a un examen por un médico del ejército para establecer mi clasificación. Después de examinarme, lo cual tomó lugar al final de la curación, felicitó a mi enfermera por haber cuidado de la herida tan bien, manteniéndola limpia, y añadió que complicaciones como las que tenía yo por lo general no sanaban, y que sólo el poder de Dios podía haber llevado a cabo la curación.
También me siento sinceramente agradecido por la Ciencia Cristiana [Christian Science], por Mrs. Eddy, su Descubridora y Fundadora, y por el practicista, por la enfermera y mi esposa, quienes con su constancia y paciencia me inspiraron a confiar en que Dios supliría todas mis necesidades. — Oakland, California, E.U.A.
