Durante más de mil novecientos años las iglesias cristianas han predicado la omnipotencia y la omnipresencia de Dios, y luego han tratado de ajustar esta enseñanza con una doctrina que incluye la creencia en la realidad del mal o un diablo personal, es decir, en un poder opuesto a Dios. Mediante la revelación que Dios le otorgó y tal cual la expuso en el libro de texto, Ciencia y Salud, Mrs. Eddy provee con lógica divina la respuesta al problema. En este libro ella escribe (pág. 473): “El principio deífico es omnipresente y omnipotente. Dios está en todas partes, y nada fuera de El está presente ni tiene poder.”
La salvación del mundo de todos los peligros que hoy parecerían amenazarlo radica en la Ciencia Cristiana [Christian Science], y a cada Científico Cristiano le incumbe cumplir con su deber en lo que respecta a la manifestación de esta salvación en la experiencia actual de la humanidad. En tanto que en general quizás reconozcamos esta responsabilidad, puede ser que nos sintamos tentados de creer que nuestra comprensión no es lo suficiente para una tarea de tal magnitud o puede ser que pensemos: “De todas maneras, ¿cómo puede una persona luchar contra la tensión siempre en aumento, el temor y la desconfianza que tanto parecen prevalecer entre las naciones?”
Cristo Jesús dijo (Juan 14:12): “El que creyere en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y mayores que éstas hará, por cuanto yo voy al Padre.” ¿No podrían estas obras mayores referirse a la curación de lo que el mundo necesita hoy en día?
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