Hay momentos en que quizás anhelamos experimentar una vida diaria más rica y satisfactoria. Todo puede ser que nos parezca monótono y rutinario en el hogar, los negocios, el empleo, las relaciones humanas y en la vida social.
Hace casi dos mil años Cristo Jesús, el hombre más notable que jamás pisara esta tierra, dió el remedio para una condición de esta índole en estas pocas pero concisas palabras (Juan 6:63): “Es el espíritu el que da vida.” Dios es el Espíritu que da vida, y a medida que nos sometemos a Sus leyes, experimentamos una renovación en lo que concierne a nuestros objetivos y móviles. Hace algunos años, la que subscribe aprendió esto a fondo y jamás lo ha olvidado.
La vida le parecía monótona y aburridora. Varias de las cosas que más amaba le habían sido quitadas. Luego encontró la Ciencia Cristiana [Christian Science] con lo cual su punto de vista cambió en gran manera. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de esta Ciencia, dice en el “Himno de Comunión” en su obra llamada Poems (Poemas, pág. 75): “El Espíritu te hará puro, y libre sanarás de tus penas y de todo mal.”
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