Los ángeles que proclaman buenas nuevas, que libran del temor y la esclavitud, que transmiten consuelo, esperanza e inspiración, se mencionan reiteradas veces en la Biblia. El Salmista dijo (Salmo 91:11): “Dará encargo a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos”; y (34:7): “Asienta campamento el Angel de Jehová en derredor de los que le temen, y los defiende.”
Estas promesas de protección y liberación que encierran las Escrituras con respecto a los ángeles son tan válidas ahora, en la época presente, como en la que fueron escritas. Hoy en día podemos confiar en que los ángeles de Dios serán nuestra guía, protección y liberación. Mas es menester que tengamos un entendimiento correcto acerca de la naturaleza de los ángeles si deseamos comprender cabalmente las citaciones de las Escrituras que se refieren a ellos y si deseamos hospedarlos nosotros mismos.
En la Ciencia Cristiana no creemos que los ángeles son seres materiales que se remontan a lo alto mediante grandes alas tal como el concepto corriente se los imagina. Mrs. Eddy da esta definición sobre los “ángeles” en Ciencia y Salud (pág. 581): “Pensamientos de Dios comunicándose al hombre; intuiciones espirituales, puras y perfectas; la inspiración de la bondad, pureza e inmortalidad, contrarrestando todo mal, sensualidad y mortalidad.”
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