Es evidente que Cristo Jesús consideraba que la salud, la felicidad y el éxito constituyen el estado natural y normal del hombre, y que el mal, la enfermedad y la muerte son lo anormal y lo contranatural. Mary Baker Eddy, la bienamada Descubridora y Fundadora de la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens., dice lo siguiente en su obra Miscellaneous Writings (Escritos Misceláneos, pág. 200): “Fué la completa sencillez de la Verdad en la mente de Jesús, lo que hizo que sus curaciones resultaran fáciles e instantáneas. Jesús consideró el bien como el estado normal del hombre, y el mal como un estado anormal; consideró que la santidad, la vida y la salud representan mejor a Dios que el pecado, la enfermedad y la muerte.”
¿Por qué parecen ser poco comunes y extraordinarias la salud, la felicidad y la abundancia o, en lenguaje corriente, demasiado buenas para ser verdaderas? Pues en razón de que los hombres generalmente piensan acerca de la materia como algo real y substancial y acerca del Espíritu como transcendental, ilusorio y que poco tiene que ver con la vida diaria. La educación errada que se basa en la creencia de que la vida, la substancia y la inteligencia residen en la materia ha inculcado en la mente de los hombres un universo formado de una combinación de materia y Espíritu y que ésa tiene preponderancia sobre éste.
La Ciencia Cristiana enseña que el universo verdadero, incluso el hombre, es totalmente espiritual, que expresa la inteligencia de la Mente, la pureza del Espíritu y la substancia del Principio infinito. Todo es bueno; todo es natural. Razonando desde esta premisa, en vez de pensar que existe algo que es demasiado bueno para ser verdad, el estudiante de la Ciencia Cristiana afirma que aquello que es malo no puede de ningún modo ser real.
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