Cuando me encontraba estudiando en la escuela secundaria, llevando a cuestas lo que parecía ser una pesada carga de todo lo que tenía para estudiar, además de seguir al mismo tiempo una carrera en el campo de la música, comencé a tener dificultades de la vista, como para proseguir mis actividades normalmente. Me hicieron un examen de los ojos, y me recetaron anteojos.
Durante mi carrera universitaria y durante el tiempo que presté servicios en el Ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, continué usando anteojos.
Después de volver del servicio activo, ingresé en una empresa en un empleo que demandaba mucho trabajo de oficina y constante ocupación con números. Por las noches concurría a la Facultad de Derecho y ocupaba muchas horas estudiando.
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