La Verdad es aquello que es, aquello que tiene existencia absoluta o eterna. Cuando alborea en la consciencia humana acaba con toda creencia en su opuesto.
En la Ciencia Cristiana, la Verdad es el origen infinito o fuente principal de toda realidad; es Dios, el Espíritu, la Vida o Principio divino de toda existencia. Debido a que todo lo que es material es temporal, la realidad tiene que ser, y es, espiritual; es el resultado de la acción creadora de la Verdad, la Mente divina. Dado que la Verdad no puede tener un opuesto que sea verdadero, todo lo que parezca oponerse a la Verdad es irreal y sólo existe como una suposición de la mente humana o mortal; como un falso sentido de realidad.
En la experiencia humana todas las discordancias, ya sean mentales, físicas o morales, son formas variadas del error fundamental que afirma que la realidad es material, que puede ser tanto buena como mala, y que estamos conscientes de ella por medio de los sentidos corporales. Según este error de la creencia, la substancia puede ser, o bien materia muerta o materia viva, inteligente, poseyendo en ambos casos la capacidad e iniciativa para actuar como causa y responder como efecto. Esta creencia sosteniendo que, de acuerdo con sus propias leyes, la materia se desintegra, presenta el absurdo de una realidad que se destruye a sí misma.
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