Por más de treinta años había sufrido de artritis aguda. Ésta degeneró en una espondilitis aguda crónica que a su vez causó una condición de ciática y neuritis. Se produjo la calcificación de la región lumbar. La espina dorsal se torció. Sentía una pesadez constante en las piernas. Me cansaba con facilidad, y tenía que usar siempre un corsé ortopédico con ballenas de acero.
Después de leer libros sobre medicina me di cuenta de que no había curación para mi estado por medio de la medicina. Desistí de toda medicina material. Por medio de la lectura de buenos libros mejoré el estado de mi mente, y mi esperanza se elevó espiritualmente, de modo que, cuando leí la frase “curación mental espiritual” en la vidriera de una Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana supe que eso era lo que yo había estado buscando.
La persona encargada de la Sala de Lectura me convenció de que debía consultar un practicista de la Ciencia Cristiana. Obtuve entonces los servicios de un practicista. Poco después de haber comenzado a recibir tratamiento en la Ciencia Cristiana pude caminar con más facilidad. La pesadez de mis pies desapareció. Gradualmente mi espalda se fue enderezando y se fortaleció. Pude prescindir del corsé ortopédico.
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