Una declaración de Mary Baker Eddy que tiene un profundo significado para mí se encuentra en la página 247 de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: “La inmortalidad, exenta de vejez o decaimiento, tiene su gloria propia, — el resplandor del Alma”. En cierta ocasión, cuando todavía no comprendía cabalmente la verdad de esta declaración, dejé que el enojo me dominara por un dolor intermitente que sentía en la mandíbula inferior.
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