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Años atrás sufrí de una hernia.

Del número de abril de 1973 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Años atrás sufrí de una hernia. Oré muy poco para sanar de esta dolencia y no obtuve ningún resultado positivo. De manera que en el año 1947 conversé con un amigo sobre ello, el cual sabía que yo era estudiante de Ciencia Cristiana, a pesar de que él no estaba interesado en la Ciencia. Me dijo que un amigo suyo había sufrido de una condición similar, la cual había sido corregida por medio de una operación quirúrgica. Esto me agradó sobremanera. Cuando llegué a casa aquella tarde, me dije muy feliz: "¡Voy a hacerme extirpar la hernia por medios materiales!"

Entonces pensé que como por tantos años no había tenido que consultar a un médico ni a un cirujano, no conocía ninguno. Y mientras pensaba en esto, sentí el poder y la presencia del divino amor de Dios. Entonces me dije: "Si vas a dejar que esta condición sea corregida por una operación quirúrgica, en otros casos también puedes ser infiel al Cristo, la Verdad, recurriendo a medios materiales de curación. Entonces te encontrarás en una condición peor que antes que conocieras la Ciencia Cristiana".

Reconocí que este pensamiento era correcto, que era la verdad, la pura verdad, y nada más que la verdad. Como Mrs. Eddy lo dice en Ciencia y Salud: "La obediencia a la Verdad le da al hombre poder y fortaleza. La sumisión al error es la causa de la pérdida de poder" (pág. 183).

Obedecí al pie de la letra, y me dije en voz queda: "Voy a dejar que esta curación la efectúe el espíritu del Cristo por medio de la Ciencia Cristiana, aun si ello tomara veinticinco años". Veinticinco años es mucho esperar para que se efectúe una curación, pero con mi convicción y deseo de confiar en Dios para sanar, el pensamiento de que padecía de hernia casi se desvaneció de mi consciencia. El resultado fue que diez días más tarde sentí en mi corazón que había sanado, y lo creí. Aquella noche al llegar a casa me quité el suspensor y descubrí que la hernia había desaparecido, absoluta, total y completamente. ¿Cómo pueden ocurrir estas cosas? Recuerdo otra gran declaración que aparece en el libro de texto, Ciencia y Salud (pág. 167): "Sólo por medio de una confianza radical en la Verdad puede realizarse el poder científico de la curación".

En nuestra familia ha habido muchas curaciones, como por ejemplo, de dolores de cabeza, de espalda, neuralgias, verrugas y manchas de la piel, curaciones todas efectuadas por la comprensión en la Ciencia Cristiana del amor de Dios.

Estoy muy agradecido a Dios y Su Cristo que fue tan maravillosamente vivido por nuestro Salvador, Cristo Jesús; y estoy muy agradecido por Mrs. Eddy, quien nos dio esta práctica enseñanza, la Ciencia Cristiana.


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