No podría haberse hecho elogio más bello al hogar que el que Mrs. Eddy le hace en Ciencia y Salud, donde escribe: "El hogar es el lugar más querido de la tierra, y debería ser el centro, mas no el límite, de los afectos" (pág. 58).
En su sentido absoluto, el hogar es totalmente espiritual, una idea en la consciencia, no un parentesco de mortales en una estructura tridimensional llena de posesiones personales. El hogar es individual porque es el desarrollo dentro de la consciencia individual de las cualidades de Dios. El hogar expresa la estabilidad, sabiduría, provisión y protección de la verdadera paternidad. Manifiesta la ternura, delicadeza, dulzura y belleza de la verdadera maternidad. Incluye la inocencia, confianza, capacidad para aprender, y obediencia de la verdadera niñez.
Cada uno expresa la idea de hogar a su propia manera particular y única. En las familias, el concepto de hogar se une naturalmente por medio de la unidad espiritual que es la base fundamental de toda relación armoniosa. Cada uno es bendecido al expresar su propia compresión de las cualidades de hogar y se enriquece con las contribuciones de los otros familiares.
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