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La curación metafísica

La curación espiritual: Respuesta a siete preguntas

Del número de diciembre de 2002 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Qué hace un sanador? Nosotros decidimos investigar y hablamos con varios sanadores espirituales de la Christian Science en los Estados Unidos sobre su labor. He aquí las respuestas de de Evanston, Illinois; de Dallas Texas; de La Jolla, California, y de Kennewick, Washington.

1¿Qué te llevó a ser un sanador espiritual? Howard Johnson:

Sané de tuberculosis, y quedé tan impresionado por la curación, que quise que todo el mundo tuviera Ciencia y Salud. Ese año regalé 30 ejemplares.

Algunas de las personas a las que les di el libro, me pidieron ayuda por medio de la oración. Cuando ves que este libro sana y cambia la vida de las personas, es inevitable querer comprender mejor sus ideas y ayudar a otros; es el único camino a seguir.

Lois Carlson: Las primeras oportunidades que tuve de orar por otros se presentaron cuando estudiaba en la universidad. Algunas de mis compañeras no estaban recibiendo la ayuda que necesitaban para combatir la drogadicción y las tendencias suicidas. La Directora sabía que yo había contribuido a que se produjeran dos curaciones, y me animaba a que me dedicara totalmente a la práctica de la curación. Yo quería seguir una carrera en el gobierno, pero la gente seguía acudiendo a mí para pedir ayuda. Durante dos años, mientras trabajaba en el Ayuntamiento, dediqué algunas horas a la labor de sanar, pero finalmente la curación como profesión absorbió todo mi tiempo. Cuanto más la ejerzo, más crece mi amor por esta labor.

John Hueffner: Toda mi vida he sido un confidente de mis amigos. Siempre había tenido un fuerte deseo de ayudar a la gente y me esforzaba por lograrlo, por medio del consejo y la bondad humana. Conforme mis amigos y yo crecíamos, también crecía la complejidad de los problemas a los que nos enfrentábamos. Me di cuenta de que mis consejos y opiniones ya no eran suficientes. Los problemas necesitaban ser vistos y solucionados espiritualmente, y llegué a la conclusión de que si yo quería ayudar a los demás, necesitaba eliminar el punto de vista humano y aceptar el de Dios. Esto me colocó en el camino para ser un sanador espiritual.

2 ¿Qué hace un practicista de la Christian Science?

John: El practicista ora. La oración no es general, vaga ni para obtener algo material, sino que es un tratamiento espiritual específico. El tratamiento espiritual consiste en negarse a ver al paciente de otra manera que no sea a través del lente del Espíritu, como Dios nos ve y nos conoce. Considero que esta forma de ver es el tener la misma “mente que estaba también en Cristo Jesús”. Filipenses 2:5 (Versión King James). Es esa Mente — Dios — que siempre ha sanado y que sigue sanando actualmente.

Cheryl Petersen: El practicista se esfuerza por percibir cómo sabe la Mente divina: no piensa con pensamientos basados en sus experiencias u opiniones personales que en ocasiones son muy insistentes. Así que, me esfuerzo por abrir mi mente a la manera más elevada de hacer, saber y ver, a la manera de Dios, que Cristo Jesús nos enseñó; para abrir mi pensamiento a lo que Dios ya ha hecho y continúa haciendo, y para llevar una vida honrada y expresar amor sincero.

Lois: Como practicista, uno expresa el mismo amor que Jesús tuvo por las personas que recurrían a él en busca de ayuda. Me esfuerzo por obtener la convicción de que la relación entre el paciente y Dios no se ha alterado y que, por tanto, el problema no tiene fundamento en la realidad.

Cualquier discordia en la vida es una creencia errónea que necesita corregirse mediante la comprensión de la Verdad. Alguna vez escuché que la única manera de que una creencia pueda continuar, es que alguien le dé su consentimiento. Un sanador de la Christian Science es como un muro, contra el cual las creencias falsas se estrellan y se destruyen.

Comprender a Dios ayuda tanto al paciente como al practicista a separar el problema del paciente, lo que le da a éste un sentido más espiritual de su valor individual. Y así, la discordia se desvanece.

Howard: El practicista ora para ver la evidencia de la relación de Dios con Su hijo perfecto. Esa relación se basa en la ley espiritual, que borra el pecado y la enfermedad del pensamiento. Un aspecto fundamental de la práctica es amar al prójimo como a uno mismo. Los practicistas se esfuerzan por expresar ese amor viendo en la Ciencia del Cristo tanto a ellos mismos como a sus pacientes, como ideas de Dios, perfectas y completas; así es como se produce la curación.

3 ¿Cuánto tiempo oras por la persona que te pide ayuda?

Lois: Yo oro tanto como me lleve obtener la convicción de que la persona es perfecta y libre. A veces me toma unos minutos, otras, sucede espontáneamente durante nuestra conversación, y otras más, debo luchar muchas veces en un día para eliminar la discordia de mi pensamiento. Yo organizo mi tarea por día, trabajando generalmente varios días seguidos, hasta que el problema se ha sanado o el paciente se siente capaz de orar por sí mismo.

John: Realmente, el tiempo es irrelevante. La inspiración lo es todo. Como sucede con tantas cosas en la vida, las tareas realizadas con inspiración se efectúan rápidamente, mientras que las que se hacen sin comprensión o sin convicción, parecen prolongarse.

Howard: Cuando un paciente me llama, oro específicamente por él hasta que me siento tranquilo respecto a su relación con Dios como Su hijo perfecto.

Pero no me detengo allí; mentalmente incluyo a todos los que llamaron ese día, lo que yo denomino la “sinfonía de la Ciencia divina”. Con esto me refiero a la relación armoniosa que cada uno de nosotros tiene con Dios bajo Su ley espiritual.

Cada paciente está tocando su propio instrumento de individualidad espiritual bajo la dirección de Dios. Cuando escucho la armonía de Dios — el Alma — las “notas discordantes” son reveladas sólo como pensamientos que pretenden hacer una realidad del pecado y la enfermedad en las personas. Durante el día, oro para comprender la nada de las discordias del error que me vengan al pensamiento, afirmando la verdad respecto a la relación de cada persona con Dios, según sea necesaria. Es un orar sin cesar.

4 ¿Te asusta que alguna persona te pida ayuda por algo que, según dicen, es realmente grave?

Howard: No, no cuando partimos del hecho de que el pecado y la enfermedad son creencias erróneas, y no realidades. No hay nada grave para la Verdad omnipotente. Dado que, como practicista, uno es testigo del poder sanador de la Verdad, los conceptos falsos pierden el poder de impresionarnos. Lo que la mente humana llama grave no lo es para la Mente divina.

Lois: No pienso en el mal como algo grande o pequeño, pienso que sólo es una negación del gobierno de Dios sobre la creación y Su amor por todos nosotros. Oro mucho para ver que todos tienen el derecho de estar conscientes del reino de Dios — que es perfecto y armonioso — y esto contrarresta la influencia del pensamiento de la mayoría, que puede hacerte sentir abrumado por los síntomas y los pronósticos de la enfermedad.

John: Cuando alguien llama — cualquiera sea el problema — es grave para el que llama y siempre es importante para mí. Pero Cristo Jesús es mi ejemplo; su convicción respecto a la naturaleza eterna de la vida hizo que no se impresionara ante la enfermedad. Es lo que sé y comprendo de Dios lo que hace que no tema recibir ninguna llamada pidiendo ayuda.

Cheryl: Es importante calmar el temor del que llama. El temor es un elemento que necesita ser sometido constantemente. Yo continúo orando lo mejor que puedo, sin importar cuál sea el nivel de “gravedad”.

5 ¿Qué sucede si las personas no creen en Dios? ¿Las puedes ayudar igualmente?

Howard: Sí. Es lo que uno entiende de su relación con Dios lo que los sana. El hecho de que estén pidiendo ayuda a la Christian Science significa que son receptivos al Cristo sanador, ya sea que crean en Dios o no.

Cheryl: Generalmente, su concepto de Dios es el de un personaje distante y castigador, formado a partir de un mortal, ¡un dios en el que yo tampoco creo! La mayoría dice que cree en el bien, así que creen en Dios, y de ese modo los puedo ayudar a desarrollar un concepto más profundo del bien universal; especialmente si veo la expresión del bien en el paciente mismo. También ayuda que yo viva el bien.

Lois: El no creer en Dios es lo que todos estamos tratando de eliminar de nuestro corazón. Yo tengo mucha compasión por las personas que creen estar separadas de Dios, porque sé lo mal que se sienten. La oración puede penetrar esas limitaciones y ayudar a las personas a sentirse bendecidas, aun si ellas no saben exactamente de dónde provienen las bendiciones.

La disposición para percibir el bien en la vida es fundamental para la práctica de la curación espiritual, incluso el simple hecho de tener aire para respirar o el percibir la belleza de un cielo de invierno. Esta bondad es la evidencia tangible de que somos amados y cuidados por un poder que está más allá de nosotros. Si las personas pueden percibir el bien, entonces están siendo preparadas para reconocer el Principio que está detrás de la bondad.

Es más difícil trabajar con personas que rehúsan expresar gratitud por la vida. Pero aun los hábitos más indeseables de la mente humana pueden ser destruidos por el amor del Cristo. Si este amor no pudiera salvar a las personas de sus patrones negativos de pensamiento, no sería un salvador. El propósito de mi oración es ayudar a las personas a sentirse amadas y cuidadas. Tengo la certeza de que veré el progreso de su pensamiento, aunque todavía no estén listas para consagrar sus vidas a Dios.

John: Esas personas deben de desear creer en algo, o no habrían llamado. Independientemente de que crean o no, la ayuda de Dios es para ellos. “‘¿Podrá [Dios] poner mesa en el desierto?’ ¿Qué no puede hacer Dios?”Ciencia y Salud, pág. 135.

6 ¿Estás disponible para ayudar a las personas en todo momento? ¿Qué pasa si una persona llama solicitando que oren por ella a medianoche?

John: No importa la hora, yo siempre estoy disponible. Ser un sanador espiritual es un llamado y un ministerio, para mí es una labor de veinticuatro horas, los siete días de la semana.

Lois: Las llamadas a medianoche son la excepción y no la regla. Las personas saben que yo prefiero que me llamen los días laborables, entre 8:30 y 15:00 h. (Esto me da tiempo para orar antes y después de las llamadas y citas.) Pero trato de atenderlas aunque no llamen durante el día. Los fines de semana disminuyen las solicitudes de ayuda, pero me mantengo en contacto a través de los mensajes telefónicos y los contesto en cuanto puedo. Trato de ver que mis responsabilidades en casa están en armonía con el trabajo de curación.

Howard: Yo también estoy disponible en todo momento. Me levanto, y oro hasta que tengo la convicción de que Dios está rodeando al paciente. Entonces me voy a dormir.

7 ¿Qué es lo más gratificante de ser un sanador espiritual?

Howard: La mayor satisfacción de la práctica de la Christian Science es el crecimiento espiritual que se produce, y el profundo amor de Dios por uno y por toda la humanidad que se siente.

Lois: Para mí, lo más asombroso es ver cómo la inspiración que obtengo de mi estudio y oración, se relaciona con las necesidades de los pacientes. Lo que Dios me revela cada día tiene una aplicación inmediata en los problemas de las personas que llaman. También soy bendecida al ver a mis pacientes esforzándose por crecer espiritualmente. Es algo sagrado y muy preciado ver la calidad de las personas que son atraídas a la curación espiritual. Es un privilegio conocerlos. Las cualidades que expresan, fortalecen mi propia convicción de Dios.

John: Lo más gratificante es ser testigo del amor sanador de Dios en la vida de los que llaman pidiendo ayuda — y en mi propia vida.

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