Nadie está predestinado a sufrir
Desde niño empecé a pensar que toda alegría era sólo el anuncio de que a continuación se presentaría alguna dificultad. Con el tiempo, terminé por convencerme de que estaba predestinado a sufrir, así que las frustraciones se sucedían unas tras otras en todo lo que emprendía, ya fuesen negocios o estudios. Ese sentimiento me fue convirtiendo en un suicida potencial. Buscaba todo tipo de peligro que me condujera a la muerte. En una ocasión le comenté esto a un amigo y él me dijo con mucha seguridad: “Nadie está predestinado a sufrir. Si leyeras lo que yo leo te sentirías mejor”. Me regaló el libro Ciencia y Salud, y al poco tiempo de leerlo me curé de una enfermedad que me causaba mucho miedo, pero no lograba superar lo que más daño me hacía, que era no sentirme merecedor de ser feliz. Como a los tres años de estudiar la Christian Science, leí un pasaje que me impactó mucho: “Él [Dios] ama a aquellos a quienes la Ciencia divina quita las flaquezas humanas mediante el poder divino, y revelan al Mesías, cuyo nombre es Maravilloso” (La unidad del bien, pág. 39). Continué estudiando las obras de Mary Baker Eddy y esto me llevó a la convicción de que el sufrimiento no es parte real del hombre, porque él es espiritual. Supe que la alegría era tan natural en mí como la vida misma, y que nada podía amenazarla o disminuirla. Desde que comprendí eso, he podido disfrutar de todo lo que es motivo de alegría, incluyendo la Navidad, que antes era una ocasión de tristeza. Ahora disfruto mucho de estas festividades, y junto con mi familia agradecemos a Dios por haber traído curación a mi vida.
Bogotá, Colombia
Nunca estamos solos
Cuando estaba estudiando en Nueva York, tuve una experiencia que cambió mi vida. Sucedió que una persona conocida me invitó a traducir los testimonios de las reuniones que se realizaban en su iglesia, porque había un grupo de personas que asistía a la misma y no entendía lo que se decía en inglés. Yo desconocía completamente la Christian Science, pero cuando comencé a hacer las traducciones me impactó muchísimo lo que esa gente contaba, cómo se habían sanado y cómo habían podido resolver problemas de relaciones. Yo me sentía muy sola porque toda mi familia estaba en Puerto Rico, y al escuchar a esas personas hablar de la relación tan directa entre Dios y el hombre, fui estudiando y aplicando esos principios en mi vida. Pronto comencé a notar cambios sorprendentes en mi trabajo y en mis relaciones. Hasta que finalmente ese sentido de soledad desapareció y comencé a sentirme muy gozosa y agradecida por el crecimiento espiritual que había obtenido. Cuando completé mis estudios en Estados Unidos regresé a Puerto Rico y empecé a traducir los testimonios de los miércoles en nuestra iglesia filial para la gente de habla inglesa que asistía. Con el tiempo mi familia también empezó a estudiar esta Ciencia.
Esta experiencia también me ayudó a comprender lo que es la Navidad, porque las Navidades que había pasado en Estados Unidos me habían hecho sentir una soledad tremenda. Pero todo cambió cuando me di cuenta de que la Navidad se celebra todos los días, que es un resurgir, un reconocer la presencia de Dios en nuestra vida.
Puerto Rico
A salvo durante un robo
Un día entré a comprar a un negocio y cuando estaba en la caja, a punto de abonar lo que había comprado, entraron dos individuos a asaltar el negocio. Uno tenía un arma y actuaba muy agresivamente. Al principio tuve mucho temor, pero me puse a orar y logré dominar el miedo.
En mi oración traté de ver la perfección de Dios en todos los presentes, incluso en los que estaban robando, traté de verlos como Dios los ve, a Su imagen y semejanza. Entonces uno de ellos comenzó a hablar con nosotros y a preguntarnos qué estábamos haciendo, y cuando llegó mi turno, me dijo: “¿Usted está comprando?” Le respondí afirmativamente y me preguntó: “¿Ése dinero que está en el mostrador es suyo?” Le dije que sí, y me dijo que podía guardarlo.
Esos hombres no hicieron daño a nadie. Dios estuvo protegiéndonos a todos. Ninguno de los que estábamos comprando fuimos privados de nuestras pertenencias, y no hubo ninguna violencia. Luego los hombres se fueron pacíficamente. No sé bien si ellos sacaron algo del negocio.
Esa presencia de Dios como Amor protector es como la venida de la Navidad, es la venida de la idea del Amor, o sea, del Cristo. Me resultó muy útil el pasaje de la Biblia donde Jesús es tentado por el diablo porque él no acepta esas tentaciones, sino que mantiene su pensamiento firmemente en el poder de Dios. Me ha ayudado mucho mantenerme firme en la verdad y no ceder a los malos pensamientos.
Buenos Aires, Argentina
Descubrí mi verdadera identidad
Hace unos años noté un bulto en un seno. Al principio me atemoricé mucho. No obstante, me puse de inmediato en contacto con una practicista de la Christian Science quien me dio mucho ánimo y me dijo que no necesitaba sentir temor. Cuando me puse a orar comprendí que ese temor se originaba en una creencia que había albergado toda mi vida; la creencia de que por ser mujer siempre existía la posibilidad de que yo sufriera de esa enfermedad.
Comencé a reconocer que mi verdadera identidad era la de ser hija de Dios. Insistí en que estaba unida a Él y que esa comunicación es inquebrantable. Me tranquilicé al comprender que la enfermedad no venía de Dios y entonces el temor se desvaneció casi instantáneamente.
Una conversación con la practicista me llevó a comprender que no debía tocar ni mirar el bulto. De modo que opté por no reconocerlo como algo propio, porque yo siempre hablaba de “mi problema, mi malestar o mi dolor”. Pude ver que la enfermedad no es parte de uno, sino que es una ilusión, y por lo tanto no nos pertenece porque no viene de Dios.
Llegué a sentirme muy en paz conmigo misma, y creo que eso contribuyó a la curación, pues continué con mi rutina y me olvidé del asunto. Tiempo después, me di cuenta de que el bulto había desaparecido. Fue como si hubiera llegado la Navidad a mi vida. Fue un regalo muy lindo saber que lo que debemos enfrentar ante todo es el temor. Estoy muy agradecida.
Nueva York, NY, EE.UU.