Seguiría Usted también a aquella estrella que apareció a los pastores la primera noche de Navidad? Los que siguieron la luz que procedía de ella encontraron al pequeño Jesús, que algunos años después enseñaría y pondría en práctica el poder sanador de Dios. Ésta es una de las maneras de entender que el Cristo es ese poder que sana y está entre nosotros también hoy en día, atendiendo a todas nuestras necesidades. Yo pude constatar esto en mi propia vida.
En la víspera de Navidad, después de terminar todos los preparativos para la ocasión, mi marido y yo acostumbrábamos a sentarnos tranquilamente, reflexionando sobre el significado de esa fecha y oyendo canciones navideñas bajo las luces del árbol. Para mí, ésa era la parte más alegre de la conmemoración.
Una Navidad una de nuestras hijas se sintió mal. A mí me preocupaba mucho, pero también me enojaba que ella no estuviera bien justamente para esa ocasión. Fue entonces cuando me pregunté: “¿Acaso alguien puede estar privado de las bendiciones que esperamos encontrar en esta época tan alegre? ¿Acaso Dios no está aquí ahora mismo para sanar a mi hija y restaurar nuestra alegría?"
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