La Ciencia Cristiana está basada en la vida y obra de Cristo Jesús, y nos enseña que Dios, el Amor divino, provee a Sus hijos de todo lo que necesitan a diario. Al mismo tiempo, la creencia en una naturaleza humana y material que carece de lo que necesita, es lo que provoca más temor y preocupación en los seres humanos. La creencia en la escasez es el resultado de ignorar la presencia ininterrumpida del bien que es para todos, en todas partes.
Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, describe este hecho acerca de la abundancia divina en su obra principal, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana” (pág. 494).
Ella define a Dios como Principio, lo que significa que Dios es supremo, consecuente, demostrable y universal. Al conocer, afirmar y demostrar estas cualidades del Principio, sabemos que no tenemos que conformarnos con las creencias en la escasez: escasez de salud, relaciones, recursos, habilidades, etc.
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