Una vecina que no conocía me llamó y estaba extremadamente molesta. En un esfuerzo por servir a nuestra comunidad, yo había reunido a algunos vecinos para ayudar con una necesidad. Pero esta mujer me dijo que ella era generalmente la que organizaba cosas como esta, y que ya había comenzado a trabajar en un proyecto para ayudar a satisfacer dicha necesidad. No estaba contenta de que yo hubiera tomado esta iniciativa sin su conocimiento. Yo no estaba al tanto de su trabajo voluntario y su alcance, pero ella sentía que sus esfuerzos habían sido desperdiciados, y su lado de la conversación estaba lleno de suposiciones falsas, duras críticas y comentarios denigrantes.
Era difícil saber cómo responder. Pero en situaciones como esta, cuando una conversación se vuelve incómoda o acalorada, he aprendido a poner todo en manos de Dios, el Amor divino. He llegado a confiar en que la oración revelará lo que necesito saber sobre la armonía y la paz naturales que existen espiritualmente entre y dentro de nosotros.
Mary Baker Eddy, la Descubridora de la Ciencia Cristiana, escribe: “Si la Verdad está venciendo el error en tu andar y conversación diarios, finalmente puedes decir: ‘He peleado la buena batalla... he guardado la fe’, porque eres un hombre mejor. Esto es tener nuestra parte en el a-una-miento con la Verdad y el Amor” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 21).
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