Ciertamente, todos nosotros nos hemos sentido atrapados en situaciones difíciles, con nuestras “ruedas”, ya sea girando infructuosamente o completamente atascadas. Pero como muestra la visión de Ezequiel, elevar nuestro pensamiento a Dios desatasca nuestras ruedas, nos da inspiración para impulsarnos hacia adelante de maneras que nunca antes hubiéramos considerado.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!