Una de las cosas que la Christian Science enseña es que el hombre nunca está solo, jamás está separado de Dios, ni tampoco del bien, en razón de que siendo Su idea espiritual, vive, se mueve y tiene su ser eternamente en la Mente divina, Dios. En la Christian Science aprendemos que el mal o error trataría de aturdir y confundir a las personas, convenciéndolas que están o pueden estar separadas del bien o privadas de alguna cosa o cualidad esencial.
Cristo Jesús dijo a sus discípulos (Juan 16:32): “He aquí que viene la hora, y ya ha llegado, en que seréis dispersados, e iréis cada cual a lo suyo propio, y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo.” Tan consciente estaba él de su filiación divina que resultaba imposible que sucumbiese a la tentación de creerse fuera de la infinitud del poder omnipresente de Dios.
Los mortales, creyéndose ser criaturas finitas, limitadas por el tiempo, como así mismo separadas de Dios por el espacio, tienden a aceptar el tal llamado testimonio de los sentidos físicos como real. Y esta es la razón por la cual son incapaces de comprender la declaración bíblica que dice (Jeremías 23:24): “¿Podrá alguien ocultarse en escondrijos tales que no le vea yo? dice Jehová: ¿no lleno yo los cielos y la tierra? dice Jehová.”
Estemos dispuestos a considerar a Dios como la Mente omniactiva y omnipresente, tal como lo enseña la Christian Science. Tornémonos primero a El en nuestras actividades diarias, acudiendo a El en todo momento para ser dirigidos y guiados.
Cuanto más lo hacemos, más hallamos que nuestros deseos justos como también nuestras necesidades se ven satisfechos. Conoceremos mejor a Dios pues El es Amor, y el Amor nos libra tanto del daño como del temor que parece confrontarnos. Dios, el bien, llena todo el espacio, de manera que jamás estamos solos.
El autor se hallaba visitando en cierta ocasión uno de los parques nacionales en la parte oeste de los Estados Unidos. Estaba con un grupo que a caballo se dirigía hacia las montañas para ver unas caídas de agua. Pero las lluvias excesivas y las nubes ocultaban mucho de la belleza natural que había venido a ver, de modo que llegó a la conclusión que había desperdiciado mucho tiempo.
Mientras se hallaba en este infeliz estado de ánimo, su caballo se espantó repentinamente, tirándole al suelo. Cayó sobre una roca y parecía mal herido. La sugestión que más le preocupaba era que se hallaba lejos de sus seres queridos y de otros estudiantes de la Christian Science. Casi al instante corrigió esto con este pensamiento: ¡Pues no, no estás solo; tienes a Dios y a la Christian Science!
Estas palabras de Ciencia y Salud por Mary Baker Eddy se le revelaron con un significado nuevo (pág. 392): “Poneos en guardia a la entrada del pensamiento. Admitiendo sólo las conclusiones que deseáis ver manifestadas en el cuerpo, os gobernaréis armoniosamente.”
Obedientemente comenzó a rechazar todos los errores que ofenden, tales como la tristeza y el temor del alcance de la herida y sus posibles efectos. Poco a poco su pensamiento se hizo claro y la gratitud y una sensación de paz y gozo invadieron su consciencia.
Después de llegar a su hotel se puso a estudiar el pasaje de Ciencia y Salud que dice (pág. 424): “Los accidentes son desconocidos para Dios, la Mente inmortal, y tenemos que abandonar la base mortal de la creencia y unirnos con la Mente única, a fin de cambiar la noción de la casualidad por el concepto correcto de la dirección infalible de Dios y de esta manera sacar a luz la armonía.”
Su pensamiento se vió tan inspirado por las verdades que enseña la Christian Science que a los dos días le fué posible manejar su automóvil. Cuando llegó a su casa pocos días después pudo descartar el bastón en el cual se apoyaba para caminar, pues la curación era completa.
Esta experiencia le dió a comprender mejor el hecho espiritual de que el hombre jamás está solo. Había probado las palabras del Salmista (Salmo 145:18): “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a los que le invocan con verdad.”
Dios y el hombre son uno, inseparables como causa y efecto. La comprensión de este hecho espiritual capacita a los individuos a descartar el error de la consciencia y a percibir y practicar la Christian Science en la vida diaria. Los estudiantes de la Christian Science aprenden más todos los días acerca de Dios y de Su imagen y semejanza, el hombre. Perciben que ni la infelicidad, la materialidad o la mortalidad pueden existir donde todo el espacio es llenado por Dios y Sus ideas infinitas.
Nadie está en verdad solo, porque Dios está presente en todas partes y Su poder está a la mano para todos. Los estudiantes de la Christian Science se dan cuenta, al menos hasta cierto punto, de aquello que nuestra Guía, Mrs. Eddy, quiso decir cuando escribió en su poema titulado “Hacia lo alto” (Poems, pág. 19):
“¡Como del águila la senda mía, oh, alta se vea,
Celestial la brisa que en el cielo se mece!
Sobre mí la mirada de Dios se posa — solo no estoy
Cuando adelante y hacia lo alto mis pasos encamino.”