La humanidad se torna en general mucho hacia el cuerpo en busca de conforto y satisfacción. Los mortales servilmente dedican tiempo, atención y la riqueza material sirviendo al cuerpo, pensando que serán recompensados con la salud y la felicidad. Pero al final de cuentas descubren que el cuerpo no puede traerles ni la salud duradera ni la felicidad constante. Este no puede pensar o actuar por sí mismo y jamás puede ser la fuente de la substancia o la realidad, que pertenecen al Espíritu, Dios. En vista de este hecho ¿no parecería acaso lógico y sabio que busquemos la satisfacción en otra parte?
El Maestro, Cristo Jesús, dijo (Mateo 6:25, 33): “No os afanéis por vuestra vida, sobre lo que habéis de comer, o lo que habéis de beber; ni tampoco por vuestro cuerpo, sobre lo que habéis de vestir. ... Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia; y todas estas cosas os serán dadas por añadidura.”
La Christian Science ha venido a esta era para mostrarnos cómo hallar el camino que nos llevará al reino de Dios, la armonía. Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud (págs. 260, 261): “Si nos volvemos al cuerpo en busca de placer, encontramos dolor; si en busca de Vida, encontramos la muerte; si en busca de Verdad, encontramos el error; si en busca de Espíritu, encontramos su opuesto, la materia.” Y luego ella presenta esta alternativa tan lógica: “Tornad vuestra mirada del cuerpo hacia la Verdad y el Amor, el Principio de toda felicidad, armonía e inmortalidad.”
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