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Conocí la Christian Science*...

Del número de abril de 1960 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Conocí la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. hace veintitrés años cuando estaba pronta a suicidarme. Mi primer matrimonio había sido muy infeliz. Después de tres años de casada, estaba tan acongojada, desesperada y desalentada que había perdido toda la alegría y la esperanza.

Vivía en París, Francia, pero tenía una hermana que era Científica Cristiana y que vivía en Nueva York. Yo no sabía absolutamente nada acerca de la Christian Science, y ella no estaba al tanto de mi situación, pero debe de haber adivinado mi problema pues me envió ejemplares de la Biblia y del libro de texto de la Christian Science, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, y del Cuaderno Trimestral de la Christian Science. En la primera página de Ciencia y Salud ella había escrito lo siguiente: “Muy querida hermana, antes de tomar un paso desesperado te ruego que leas este libro del principio al fin, pues yo sé que a través de mi oración, Dios te será revelado.”

En una carta ella me suministró la dirección de la Primera Iglesia Científica de Cristo, en París, y me rogó que asistiera a la reunión vespertina del miércoles. Muchas veces he dado gracias a Dios por el hecho de que ese mismo día era miércoles. Fuí a la iglesia y uno de los testimonios fué tan inspirador que me olvidé completamente del suicidio. Una vida enteramente nueva se ha abierto para mí y me es imposible hacer un recuento de todas mis bendiciones. Desde entonces la Christian Science ha sido mi sólo médico, mi única medicina.

Durante los años de guerra tanto en París como en Alemania fué tanta la protección divina que recibí, que parecía increíble para aquellos que no conocían el poder que la Christian Science tiene para sanar y salvar.

He sido sanada de los hábitos de beber y fumar y el uso del te y el café. También han sido sanados el mal de mar y agudos dolores a los pies para los cuales había sido tratada anteriormente por los mejores especialistas en París quienes no pudieron hacer nada por mí. Fuí sanada de pena cuando fallecieron mi madre y hermana, siendo ésta el último miembro de mi familia que me quedaba y que me era muy querida.

Cada día que pasa prueba ser una gran benedición el ser miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial, lo cual ofrece la oportunidad de servir aun en una medida pequeña. Siempre estaré agradecida por la experiencia maravillosa y única que me ofreció la instrucción en una clase de la Christian Science.

Mi testimonio no sería completo si no expresara mi gratitud a Dios por los magníficos paquetes que recibimos en Francia después de la guerra, a través de lo que entonces era conocido con el nombre de Comité de ayuda de La Iglesia Madre. Doy gracias a Dios por Cristo Jesús, el Mostrador del camino, y por Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Christian Science.—

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