En el año 1950, me estaban asistiendo cinco médicos, incluso dos especialistas, los cuales me daban sólo seis meses de vida en razón de las serias condiciones en que me hallaba debido a un cáncer. No obstante, fuí sanada mediante la ayuda de unas bondadosas amigas que me atendían y la ayuda de un practicista de la Christian Science.
Más tarde cuando a mi comprensión se le reveló claramente que Dios es el Todo-en-todo — todo el bien, todo poder, todo Verdad, todo Amor — y que el hombre es Su semejanza perfecta, me vi sanada de bronquitis de la cual había sufrido desde mi infancia. Me he sobrepuesto a muchas otras afecciones y males mediante el maravilloso conocimiento práctico del poder de Dios para sanar.
Recientemente experimenté una gran sensación de pérdida al fallecer un ser muy querido para mí, y nuevamente con la ayuda de amigos Científicos Cristianos recibí consuelo y calma durante esos momentos de prueba.
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