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La solución dentro de nosotros está

Del número de julio de 1962 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Entre los problemas sin solución que hoy en día traen el sufrimento a la humanidad, hay unos cuantos que pueden atribuirse a nuestra creencia de que la solución depende del pensamiento de alguna otra persona pero no del nuestro. Oímos que la guerra amenaza al mundo, porque existen individuos que creen que sus métodos de gobierno son mejores que los nuestros. Una comunidad carece de escuelas adecuadas porque algunos de sus residentes no quieren pagar los impuestos que esto ocasionaría. Una iglesia no progresa porque hay otros que piensan con apatía. En un hogar existen las desavenencias porque uno de sus miembros es cruel. En el cuerpo se desarrolla una enfermedad por la frustración que nos embarga en razón de que nos sentimos inapreciados.

En todos estos casos la solución parecería depender de un cambio de pensamiento de parte de otros. Pero la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. nos enseña que el único cambio necesario debe ser llevado a cabo por aquel que está experimentando la discordancia.

La Christian Science no condena a la persona enferma por su enfermedad, pero le enseña a cómo librarse de ella. Le dice en las palabras de Cristo Jesús (Mateo 11:28, 29): “¡ Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso! Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí; porque soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.” Este “yo” es la Verdad, el Cristo, que Jesús demostró tan vívidamente. Mediante la enseñanza y el ejemplo de Jesús aprendemos a aceptar el estado verdadero del hombre como la imagen perfecta de la Mente. Habiendo sido invitados por la Verdad para hallar el descanso de los males humanos no podemos culpar a los demás si no aceptamos la invitación.

¿No somos apreciados por otros? Puede que así sea, pero si hubiere algo en nosotros que debe ser apreciado ¿quién es el que sufre al no percibirlo? Por cierto que aquel que no aprecia algo de valor es el que más pierde. Aquel que expresa las cualidades valiosas es el que tiene por qué regocijarse y goza de la oportunidad de amar.

Aquel que ve y aprovecha las oportunidades para amar en razón de que la Mente es amor, jamás se verá privado de la sensación de que es amado. Aunque un miembro de la familia pareciera poco afectuoso, el gozo que proporciona amarle como la imagen de la Mente elevará el pensamiento hasta el punto en que las desavenencias familiares cederán al gobierno del bien. La Verdad es amor omnipotente. Aunque es absoluta, es también aplicable al problema humano. Guando se la aplica a las discordancias humanas reemplaza lo injusto con lo correcto. Sana.

¿Creó acaso la Mente divina el concepto de miembros apáticos en una iglesia? No, pues entonces, ¿porqué aceptar este concepto? Somos libres de corregir este concepto falso en nuestro propio pensamiento en vez de meramente esperar que Dios haga algo acerca del pensamiento de los demás. ¡ Dios ya ha hecho todo lo que El debía hacer! El nos ha proporcionado una Guía, Mary Baker Eddy, que descubrió y fundó la Christian Science. Esta Ciencia provee la solución para todas las necesidades humanas y en particular de la que estamos hablando.

En la página 428 de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” Mrs. Eddy escribe: “Tenemos que comprender la capacidad del poder mental para contrarrestar los conceptos humanos erróneos y reemplazarlos con la vida que es espiritual y no material.” Si los conceptos errados persisten en aparecer en nuestra experiencia, y si estos errores afectan el progreso de nuestra iglesia filial puede ser que no hayamos hecho lo que nuestra Guía dijo que debíamos hacer. Cuando nos demos cuenta de “la capacidad del poder mental para contrarrestar los conceptos humanos erróneos,” no tendremos tiempo para conversar o pensar acerca de los errores cometidos por otros. Jesús lo dijo muy claramente: Echa fuera primero la viga de tu ojo, y entonces verás claramente para echar fuera la paja del ojo de tu hermano” (Mateo 7:5).

El problema de la comunidad al igual que el de la iglesia se solucionan mediante la Christian Science, no mediante la persuasión humana mas por la consciente aceptación de la verdad — repitiendo, percibiendo, comprendiendo lo que constituye el verdadero Principio perfecto y su reflejo, el hombre. La resistencia al bien debe ceder, pero si nuestra propia creencia en muchas mentes no ha cedido de modo que firmemente podamos aferramos a los hechos espirituales en lo que concierne a los problemas de los demás, no podemos esperar que ellos cambien de manera de pensar como resultado de nuestros esfuerzos. La experiencia diaria de todo estudiante consagrado de la Christian Science, prueba que el pensamiento que conscientemente está en armonía con el Amor divino como la Mente única puede vencer al error humano. Ninguna otra cosa es capaz de hacerlo.

La amenaza de guerra en el mundo puede ser enfrentada mentalmente. Los Científicos Cristianos tienen el deber de hacerle frente. Pero constituye negligencia no cumplir con este deber, esperar que otros hagan algo acerca de esto o esperar que Dios haga lo que El ya ha hecho. La armonía es el hecho actual del universo de Dios. Cada uno de nosotros se halla libre de aceptar esta armonía, y si estamos dispuestos a hacer frente vigorosamente a todo aquello que reclamaría oponerse a ella, hallaremos que el poder del Cristo nos capacitará para hacer el trabajo mental que pone en vigor y demuestra el poder divino. En las palabras de Mrs. Eddy (Ciencia y Salud, pág. 29): “Los cristianos tienen que tomar las armas contra el error en casa y fuera de ella. Tienen que combatir el pecado en sí mismos y en los demás, y continuar esta lucha hasta que hayan acabado su carrera. Si guardan la fe, tendrán la corona de regocijo.”

Pregúntese cada uno: “¿Creo yo en el poder de mentes aparte de Dios en los asuntos mundiales, en los problemas de la comunidad, la iglesia, el hogar, o las condiciones personales o físicas? Se debe rechazar esta creencia hasta que al fin deja de aparecer como un poder, hasta que sólo Dios sea El que reina como en realidad lo hace.

Obtendremos la paz que nos ha sido prometida. Mas no debiéramos esperarla hasta que hayamos adoptado el yugo de la Verdad y rechazado la creencia de que el pensamiento de otro es la causa del error, y así destruiremos la creencia donde reclama existir, es decir, en nuestra propia consciencia. Entonces hallaremos el descanso, habremos ganado la batalla, y la paz que es la realidad de la armonía celestial se hará aparente sobre la tierra.

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