El primer capítulo del libro Ciencia y Salud por Mrs. Eddy se titula “La Oración”, el cual describe muchos aspectos de este tema. En la página 7 Mrs. Eddy escribe: “Dios no es influido por el hombre. El ‘oído divino’ no es un nervio auditivo. Es la Mente que todo lo oye y todo lo sabe, la cual siempre conoce y satisfará toda necesidad del hombre.” En la Christian Science aprendemos que cuando necesitamos ser protegidos esa necesidad se ve suplida si es que oramos correctamente.
En la Biblia existen muchos relatos de experiencias que prueban el poder protector que tiene la oración. No obstante, si la oración carece de humildad y de fe como en el caso de las oraciones farisáicas que Jesús condenó, no podrá esperarse que traiga buenos resultados. Algunos de los personajes más conocidos de la Biblia fueron recompensados notablemente como resultado de sus peticiones inspiradas por la fe. Esto es lo que dice Mrs. Eddy acerca de ellos (ibid., pág. 139): “Desde el comienzo hasta el fin, las Escrituras están llenas de relatos del triunfo del Espíritu, la Mente, sobre la materia. Moisés probó el poder de la Mente por lo que los hombres llaman milagros; igual hicieron Josué, Elías y Elíseo.”
Jesús nos dió la oración perfecta conocida por el nombre de Padrenuestro que responde a todas nuestras necesidades. La frase “Líbranos del mal” (Mateo 6: 13) implica este poder protector; pero todo el Padrenuestro debiera ponernos en el estado mental adecuado para ser capaces de recibir las bendiciones incalculables que nos aguardan.
Durante muchos años me he dedicado a seguir senderos en las altas montañas en todas partes de los Estados Unidos, llevando siempre conmigo mi cuaderno de apuntes y mi cámara fotográfica. En estas excursiones he experimentado muy a menudo el poder protector que aporta la oración. Un ejemplo será suficiente para ilustrar cómo opera esta oración y el resultado que se obtiene de su aplicación.
Un día de verano me decidí a seguir un sendero de 8 kilómetros que aún no había sido terminado, en una región muy alta de las Montañas Rocosas. Era un sendero en forma circular, y mientras me hallaba en el trecho sin terminar me extravié. Después de vagar durante varias horas me hallé ante un pantano impasable viéndome obligado a volver sobre mis pasos. Se estaba haciendo tarde y me ví enfrentado con la posibilidad de pasar la noche a la intemperie en la nieve y el frío y para lo cual no me hallaba adecuadamente equipado. Poco antes de que oscureciera del todo y no estando aún seguro adónde me hallaba, me detuve, cerré los ojos y oré según lo enseña la Christian Science, rogando ser guiado.
Afirmé que Dios, la Mente divina, está presente en todas partes y que yo siendo Su imagen y semejanza espiritual, en realidad reflejaba la inteligencia divina en actividad armoniosa. El efecto que tiene una oración tal, en la cual la mente humana cede a la divina, es destruir el temor mediante una profunda fe en la habilidad y la buena voluntad de Dios de dirigir toda actividad. Esto aporta la seguridad y nos hace más alertas para percibir la senda que lleva a la solución del problema específico que nos enfrenta.
Cuando abrí los ojos, lo primero que vi, a más o menos unos cinco metros de distancia, fue la impresión de un pie que yo mismo había hecho en la nieve esa mañana durante mi ascensión. Hasta entonces aunque había estado parado en el mismo lugar no había visto nada. Todavía quedaba bastante luz crepuscular, de modo que pude ver lo suficiente para seguir los rastros que me guiaron a la parte del sendero ya terminado y de allí seguir a la luz de la luna hasta el campamento. Mi corazón desbordaba de gratitud por esta demostración de protección, que me permitió gozar a fondo de esa caminata alumbrada por la luna, a pesar de que llegué a mi destino recién a las tres de la madrugada. Mediante la oración todo buscador sincero de la Verdad puede hallar el poder protector de la Mente divina que guía. Es la misma clase de poder con el cual fueron endosados los hijos de Israel en sus memorables viajes, y acerca de los cuales Mrs. Eddy escribe lo siguiente en Ciencia y Salud (pág. 566): “Tal como los hijos de Israel fueron guiados triunfalmente a través del Mar Rojo, el obscuro flujo y reflujo del temor humano, — tal como fueron conducidos a través del desierto, caminando cansados por el gran yermo de las esperanzas humanas, en espera del goce prometido, — así la idea espiritual guiará todos los deseos justos en su jornada de los sentidos hacia el Alma, de un concepto material de la existencia al espiritual, hasta alcanzar la gloria preparada para los que aman a Dios.”
El hecho de que el poder de la oración está hoy disponible universalmente tanto para los individuos como para las naciones, cuando las verdades que enseña la Christian Science son comprendidas y aplicadas, debiera ser motivo de profunda gratitud.
