Inspirada por una profunda gratitud a Dios, a la Christian Science y al practicista que nos ha ayudado, tanto a mí como a mi familia en momentos de prueba, ofrezco el siguiente testimonio.
Hace muchos años mi madre fue sanada de una grave enfermedad a la sangre en estado ya avanzado. El temor y los ataques de debilidad fueron vencidos mediante la fe en el Amor divino. La experiencia de mi madre al probar que Dios preserva al hombre, la expresión de Su ser, ha sido de gran inspiración para nosotros durante todos estos años. Pero, aun más que su curación, su espiritualidad y su convicción de la presencia de Dios son los testigos más elocuentes de la verdad que encierra la Christian Science.
Hace algún tiempo nuestro hijito de dos años y medio se hallaba jugando con una medalla que representaba el día de la independencia suiza. Sin darme tiempo a quitársela, se la puso en la boca y se la tragó. Al principio creímos que la pasaría naturalmente, pero al ver que esto no ocurría comenzamos a orar devotamente. No obstante, habiendo pasado doce días, y sintiendo gran ansiedad llevé al niño al hospital para que le sacaran una radiografía. Los médicos me informaron que la medalla se hallaba alojada en el estomágo y que no había esperanzas que fuera expelida. Me aconsejaron que dejara allí a mi hijito para que fuera operado.
Al no poder decidirme a ello mi familia y yo nos resolvimos valemos solamente de la ayuda de la Christian Science. Oré y me aferré a todo lo que sabía de sus enseñanzas.
Al otro día solicité a una practicista que nos ayudara mediante la oración. Después de cambiar algunas palabras con ella perdí todo el temor y recobré la confianza. A la mañana siguiente tuvimos evidencia de que las oraciones estaban surtiendo efecto y al tercer día de recibir tratamiento, el niño pasó la medalla sin que le causara el más mínimo dolor. Todos nos regocijamos y nos sentimos sinceramente agradecidos a Dios por esta prueba de Su omnipotencia.
Tenemos una gran deuda de gratitud para con nuestra Guía, Mary Baker Eddy, por habernos dado la Christian Science y por el libro de texto que nos ayuda a comprender la omnipotencia de Dios correctamente. — Winterberg, Zurich, Suiza.
