Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Lámpara es a mis pies tu palabra,...

Del número de abril de 1963 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


“Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz a mi camino.” (Salmo 119:105). Mediante la comprensión de Dios que he adquirido debido a mi estudio de la Christian Science puedo decir que he experimentado lo que dice este versículo de la Biblia.

Hace algunos años vine a los Estados Unidos procedente de Polonia donde en mi juventud había gozado de muy pocas oportunidades de progresar. Como tenía buena voluntad y era fuerte, pude hallar trabajo, pero más tarde comencé a sufrir de artritis. Al enterarse de mi dificultad la profesora de violín de mi pequeño hijito le dió un libro para que yo lo leyera. Este libro resultó ser el libro de texto de la Christian Science, Ciencia y Salud por Mrs. Eddy.

En esa época no sabía mucho inglés pero con la ayuda de mi hijo y un diccionario inglés-polaco pude captar el significado de unas cuantas palabras y más tarde el de las frases. Encontré que la Christian Science era una religión que satisfacía profundamente de modo que comencé a asistir a una iglesia de la Christian Science, donde hallé que las personas eran muy amistosas. Como resultado de la lectura del libro de texto mi salud mejoró notablemente.

No obstante, dos años más tarde pasé por un período de gran prueba pues la condición artrítica volvió a manifestarse tan agudamente que tuve que abandonar el trabajo. Además sufría de otra complicación que el médico enviado por la compañía diagnosticó como pulmonía doble. A pesar de que perdí mucho peso y del gran temor expresado por los miembros de mi familia yo me confié enteramente en la Christian Science.

Con la ayuda de un afectuoso practicista pude levantarme a las seis semanas. Después de volver al trabajo me dijeron que no era necesario que levantara cosas pesadas, pero sorprendí mucho a mis compañeros haciendo todo lo que llevaba a cabo anteriormente.

En una ocasión, mientras me hallaba trabajando me corté la mano con una afilada lámina lastimándome considerablemente. No le dije nada a mis compañeros acerca de esto. Cubriéndome la mano, oré devotamente y me esforcé por percibir la verdad acerca de la condición. A los dos días la mano se hallaba sana.

Estoy muy agradecido por ser miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial donde también sirvo, y por haber recibido instrucción en una clase autorizada. También agradezco a todas esas buenas personas que me han ayudado a adquirir una mejor comprensión de la Christian Science. Estoy sumamente agradecido a Dios por esta Ciencia. —

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / abril de 1963

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.