Cuando contaba algo más de veinte años me ví atacada de una piorrea muy molesta. Mi dentista me informó que podía darme tratamiento para los dientes y las encías, pero que en vista de que la condición se había desarrollado muy rápidamente, él estimaba que lo mejor era que me dejara extraer todos los dientes. Este diagnóstico fue muy penoso para mí. Hacía sólo unos cuantos años que estudiaba la Ciencia Cristiana y no me sentía muy segura de lo que debía hacer. El dentista sabía que yo asistía a una iglesia de la Ciencia Cristiana, así es que me recomendó el tratamiento según la Ciencia Cristiana dado que él había sido testigo de la curación de un caso de piorrea por medio de esta Ciencia.
Hablé con una practicista y a las pocas semanas experimenté la curación. Me sentí muy agradecida a Dios y durante los años subsiguientes, he aprendido que estas pruebas y curaciones nos dan el coraje para seguir adelante y hacer frente a las dificultades que se nos presenten.
Desde entonces he sido sanada de verrugas y resfrío y un miembro de la familia fue sanado de la noche a la mañana de un absceso a un diente. También han sido resueltos problemas de negocios.
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