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No soy culpable

Del número de abril de 1967 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Un sentido de culpabilidad por alguna mala acción cometida, debiera ser sólo el precursor del anhelo de deshacerse del pecado y de sus consecuencias, y tomado en este sentido es altamente deseable. Si un arrepentimiento profundo, proveniente del corazón por fracasos morales y éticos cometidos, nos impele a esforzarnos por alcanzar la regeneración moral, este sentido es un estado de pensamiento transitorio que desaparece cuando uno ha expiado la acción errónea cometida y sus efectos sobre otros. Se entiende que sólo aquel que ha continuado albergando un sentido de culpabilidad durante demasiado tiempo, es el que ha descuidado de tomar los primeros pasos que están siempre abiertos y que lo sacarán y aliviarán del peso del error corrigiéndolo.

Pero existe otra clase de sentido de culpabilidad que, no obstante, a veces podría embargar a un estudiante novicio de la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.. A medida que éste comienza a vislumbrar el hecho de que en la absoluta verdad de su ser él es el reflejo individual o expresión del Amor divino, de manera que la armonía, la pureza y la bondad de su Creador constituyen su naturaleza y carácter verdaderos, puede que un sentido de condenación propia o culpabilidad surja en su consciencia debido a su pasada manera errónea de pensar y actuar. La creencia en un bien incierto y en un mal cierto, la subordinación a la materia con sus limitaciones, apetitos falsos y desatinos, bien podrían parecerle censurables y vacíos. Quizás sienta un profundo arrepentimiento por los años de dilación en tornarse a la Ciencia Cristiana, que ahora se da cuenta lo está guiando a una senda más libre, gozosa y segura de la vida.

Si los recuerdos de los errores del pasado lo urgen a un mayor esfuerzo espiritual de dejar a un lado como irreal todo el sueño material con sus frustraciones, amenazas y confusiones, la sinceridad de su deseo de expresar sólo su carácter verdadero semejante a Dios, marcará el comienzo de un hermoso desarrollo espiritual. La repulsión misma que siente en contra de su anterior afiliación con las mentirosas sugestiones de un error inteligente y de una materia viviente, es una señal segura de que está despertando. El tornarse resueltamente hacia la luz del Cristo hará que queden atrás de él las sombras, las cadenas y los reproches del pasado.

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