Antes de conocer la Ciencia Cristiana, yo sufría de tuberculosis vertebral. Tuve que permanecer en un sanatorio durante un año entero; y después de estar bajo tratamiento y haber mejorado bajo el cuidado de un médico naturista, me dieron un corsé ortopédico que se suponía debía usar continuamente. Tiempo más tarde contraje una infección pulmonar. Con la ayuda de un practicista me curé de la infección por medio de la Ciencia Cristiana. Fue de esta manera que conocí esta religión.
Años más tarde, me hice miembro de una iglesia filial porque quería profundizar en el conocimiento de la Ciencia Cristiana y evidenciar mi gratitud por mi primera curación.
Durante esa época, empezé a notar con mayor claridad el retorno de la tuberculosis vertebral. Comencé a sentir un dolor muy agudo en la espalda y me salió un absceso muy grande en la cadera.
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