Nos sentimos inclinados a pensar del presente como algo que ofrece una serie de inauditos problemas a la humanidad — problemas concernientes a la emancipación de los explotados, problemas relativos a la soberanía política de los pueblos, y problemas presentados por irreconciliables ideologías políticas y religiosas. Pero analizando la historia de la humanidad, vemos claramente que los problemas actuales son idénticos a los antiguos, sólo que ahora se están presentando en mayor escala.
Sin embargo, a pesar de las apariencias, la solución está ahora más a nuestro alcance que nunca. El Científico Cristiano alerta está vislumbrando en el tumulto actual, una vasta efervescencia moral, en la cual un concepto más alto de la Verdad está sacando el error a la superficie a fin de destruirlo. El Científico Cristiano alerta está orando y trabajando por un mundo mejor, y lo hace en obediencia a los mandamientos divinos exhortados por Cristo Jesús, o sea, amar a Dios, el bien, por sobre todo, y al prójimo como a sí mismo. Estos mandamientos se basan en el reconocimiento de Dios como Espíritu y del hombre real como Su expresión espiritual, inseparable, Su imagen y semejanza.
Mrs. Eddy, quien reveló el Cristo, la Verdad, para esta época, dice en The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (La Primera Iglesia Científica de Cristo, y Miscelánea, pág. 306): “Sólo la divinidad soluciona los problemas de la humanidad, y esto en el tiempo dispuesto por Dios”. La redención de la humanidad se alcanzará hoy en día en la proporción en que los hombres pongan en práctica con sinceridad y comprensión los preceptos divinos, primero en su vida individual y luego en acción colectiva universal.
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