Dios amaba a Noé, a su esposa y a sus hijos. Y ellos amaban a Dios, y porque Lo amaban, siempre Lo escuchaban.
Un día, Dios le dijo a Noé que una gran inundación cubriría toda la tierra.
—Construye un arca, Noé, —le dijo Dios—. Tú, tu esposa y tus hijos estarán a salvo en el arca.
Y dijo Dios: —Toma una pareja de cada animal de la tierra, un macho y una hembra de cada especie, y ponlos en el arca.
Noé construyó el arca, que era una especie de barca muy grande, como Dios se lo había ordenado. Después, la esposa de Noé recogió muchas frutas y verduras y otras clases de alimentos para su familia y para los animales. Noé y sus hijos guardaron los alimentos en la bodega del arca.
Entonces comenzaron a aparecer nubes negras y espesas en el cielo, y Dios le dijo a Noé que ya era hora de entrar en el arca. Llegaron los animales y entraron en el arca de dos en dos. De todos los lugares de la tierra vinieron animales grandes, medianos y pequeños que iban caminando, saltando, arrastrándose, brincando y volando hasta el interior del arca. Había lombrices escurridizas y coloridos escarabajos, ululantes búhos, resbaladizas serpientes y lagartijas, lobos aulladores, leones, osos y puerco espines. Noé y su esposa encontraron un lugar para todos, incluso para las jirafas de largo cuello y los gordos hipopótamos. Y había suficiente alimento para todos. después. Noé, su esposa y sus hijos trabajaban de la mañana a la noche.
Afuera, la tormenta arreciaba y el arca era sacudida por las olas. Llovió por muchos días. Pero Dios no olvidó a las personas y a los animales en el arca. Dios nunca dejó de cuidarlos. Finalmente, el diluvio cesó. Bajó el agua y el arca se posó sobre el monte Ararat.
Cuando todos los animales y toda la familia de Noé estuvieron dentro del arca, Dios cerró muy bien la puerta. Entonces comenzó a llover y cayeron litros y litros de agua sobre la tierra. El agua inundó los campos y las casas y los árboles. Cubrió. incluso, las altas montañas.
Dentro del arca, los animales y las personas estaban calentitos y secos. Y aunque muy amontonados, los animales no se peleaban porque estaban muy felices de estar a salvo en el arca. Pero era un trabajo inmenso alimentarlos y limpiar todo
Entonces Noé abrió la ventana del arca y dejó salir una paloma. Pero la paloma no pudo encontrar tierra seca para posarse y regresó. Poco después, Noé la envió nuevamente. Esta vez volvió con una hoja de olivo en el pico. De esta manera Noé supo que Dios había comenzado a hacer crecer plantas y árboles nuevos en la tierra. Cuando Noé envió la paloma por tercera vez, ésta ya no regresó. Entonces Noé se dio cuenta de que ahora podía abrir la puerta del arca. Brillaba el sol..m, Los animales comenzaron a correr, a saltar, a volar, a arrastrarse y a brincar hacia la tierra seca.
El león sacudía su melena. Los elefantes balanceaban sus trompas. Las jirafas estiraban sus cuellos. Y los osos retozaban bajo la pasarela del arca. Escarabajos, pájaros y mariposas extendieron sus alas y emprendieron el vuelo.
Noé, su esposa y sus hijos agradecieron a Dios por mantener a salvo a los animales y a ellos, y por renovar la faz de la tierra. Dios les prometió que nunca más habría otro diluvio. En ese momento, apareció un arco iris en el cielo. El arco iris fue la señal de que Dios los amaría y los cuidaría siempre.
Entonces Noé, su esposa y sus hijos empezaron a bailar de alegría. Les gustaba mucho esa hermosa tierra, y escuchar a Dios también.