Al mercado de bienes que la naturaleza produce se lo llama "commodities", y no hace falta ser un experto para ver en este mercado que entre sus agitadas subas y bajas sigue habiendo en todo el mundo un incremento de precios en los alimentos.
Esto es motivo de preocupación... pero sólo si uno se deja impresionar por el cuadro que muestran los movimientos de este mercado.
La Biblia nos habla de un hombre que estuvo muchos años impresionado de manera similar por el cuadro que tenía delante de sí. En el relato bíblico del estanque de Betesda.Véase Juan 5:2-9. una persona llevaba 38 años enfermo, y esperaba que las aguas fueran agitadas por un ángel para poder bañarse allí y ser sanado, pero necesitaba que alguien lo ayudara a entrar en el agua. Cuando Cristo Jesús le pregunta si quiere ser sano, esta persona tenía tal fijación con lo que veía ante sus ojos, que en lugar de aceptar la oferta, da una serie de excusas por las que no podía entrar en el estanque a tiempo cuando las aguas habían sido agitadas.
La solución que Jesús le presenta está totalmente fuera del cuadro que este hombre estaba mirando, porque le presenta la solución del Cristo. En lugar de sugerirle que se sumerja en el estanque, lo insta a despertar de esa ensoñación de que la materia puede mejorar su situación. Le ordena que se levante y tome ese lecho que yacía sobre el polvo de la tierra, un lecho donde reposaba una imagen de sí mismo como mortal desvalido. Y le ordena que ande, que se abra camino, que se valga por sí mismo; que viva. Ciertamente la solución del Cristo no incluía aguas agitadas, sino "aguas de reposo".Véase Salmo 23.
Pero en esta época, ¿qué solución nos ofrece el Cristo? Por cierto que su solución no incluye que tengamos que vivir llenos de temores de que el alimento llegue a aumentar de precio hasta que sea inaccesible. El Cristo, el Emanuel, la manifestación de "Dios con nosotros", nos sigue diciendo hoy como Jesús afirmó: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia".Juan 10:10.
Como en el relato del estanque de Betesda, la solución del Cristo es dirigir la mirada en una dirección diferente a la del cuadro que agitadamente presagia carestía y carencia. Esa dirección es espiritual, es un sentir inspirado por "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".Hebreos. 11:1.
El Cristo, como siempre lo ha venido haciendo, nos dirige para que busquemos en Dios una solución espiritual a todo lo que necesitamos. Primero, que conozcamos a Dios como Espíritu infinito; segundo, que nos conozcamos a nosotros mismos como Él nos conoce: como Sus hijos, como Su manifestación; y, tercero, que reconozcamos todo el bien que fluye de Él: su alimento incesante que en múltiples formas satisface todas nuestras necesidades.
En este número, se mencionan varias instancias en que nuestros colaboradores encontraron lo que buscaban cuando miraron en la dirección correcta. Uno de ellos, cuando buscaba sanar de un problema en los ojos, encontró el significado espiritual de la vista; otro, cuando buscaba sanar de un problema en el vientre, encontró lo que significaba ser una idea de Dios, y también otro, cuando buscaba sanar de taquicardia, encontró que su conciencia iluminada por Dios, y no el cuerpo, tenía la respuesta a su problema.
Esperamos que encuentre en este número muchas de las respuestas que usted está buscando.
Con afecto,
