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Al percibir la verdad, sanó la caries

Del número de noviembre de 2013 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Original en alemán

Publicado originalmente en el Christian Science Journal de Septiembre de 2012.


Un día, cuando era adolescente, hace ya muchos años, me di cuenta de que tenía una caries en uno de los dientes de atrás. Como conocía el libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy desde que era niña, decidí tratar esa condición con la Ciencia Cristiana.

En mis primeras oraciones, argumenté que esta caries no era la voluntad de Dios. Él era un Padre-Madre afectuoso que sólo podía traerme el bien.

Empecé a aclarar en mi pensamiento cuál era la verdad acerca de esta situación. Sabía que puesto que Dios es todo el bien, y yo estaba incluida en esa totalidad por ser Su reflejo perfecto, únicamente podía experimentar el bien. Yo era una idea espiritual, no estaba hecha de materia.

Me inspiró mucho un artículo que había leído una vez en una de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. En el mismo habían usado una manzana para ilustrar el significado de lo que Mary Baker Eddy llama “idea espiritual”.

Estaba aprendiendo que procedía del estado perfecto del ser.

Me pregunté: Si te pidieran que pensaras en una manzana verde y brillante, no pensarías en una manzana con un mordisco, sino en una manzana entera, completa, brillante y deliciosa, con la superficie perfecta.

Al aplicar este concepto a mi diente, me di cuenta de que Dios me hizo como una idea espiritual completa y que mi diente no había sido dañado, ni su superficie había sido dañada en ningún momento.

Con toda firmeza negué la evidencia de los sentidos materiales, como dice en Ciencia y Salud: “Los sentidos corporales no pueden tener conocimiento de la realidad espiritual ni de la inmortalidad. …La Mente sola posee todas las facultades, la percepción y la comprensión” (pág. 488). Todo está hecho de y por la Mente. Uno puede apartar los ojos de esta realidad —junto con su testimonio— pero eso no cambia ni un ápice espiritual de nuestro ser verdadero e intacto.

Estudié los escritos de Mary Baker Eddy y encontré el siguiente pasaje que me resultó muy útil: “El cuerpo no ve, ni oye, ni huele, ni gusta. La creencia humana dice que sí; pero destrúyase esta creencia de que se puede ver con los ojos, y no se podría ver de una manera material…

“Destrúyanse los cinco sentidos como materia organizada, y, o bien tendríamos que dejar de existir o existir sólo en la Mente; y esta última conclusión es la sencilla solución del problema del ser, y conduce a la deducción similar de que no hay materia” (Rudimentos de la Ciencia Divina, págs. 5-6).

Por lo tanto, yo sabía que mis ojos no podían darme ninguna evidencia acerca de mi verdadero ser. Yo sólo podía reflejar la consciencia de Dios, la Mente y Alma divinas. Sentí que había vislumbrado un destello de esta verdad maravillosa.

Durante los dos días siguientes, traté de no mirar el diente en el espejo sabiendo que mis ojos no podían decirme la verdad acerca de mi verdadera sustancia. Mirar mi diente hubiera querido decir que yo esperaba un cambio en la materia. Estaba aprendiendo que procedía de un estado perfecto del ser, y que la curación no se produce al tratar de cambiar un estado físico, sino al percibir el estado espiritual perfecto. Me mantuve firme en el hecho de que nada sino Dios podía informarme acerca de mi salud.

En dos semanas mi temor desapareció, y cuando miré el diente, la caries había desaparecido. Todo estaba normal. Me sentí llena de alegría y gratitud.

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