Mi mamá y yo fuimos a la fiesta de cumpleaños de mi primito. Yo estaba jugando, corriendo y saltando cuando me caí y me lastimé la rodilla, y me dolía mucho.
Me puse a llorar y me senté en la falda de mi mami, y le pedí que orara a Dios porque en la Escuela Dominical aprendí que Dios nos ama, nos protege y nos sana. Pero mi mamá me recordó la historia del libro Nicolás habla con Dios, que compró en una Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana.
Ese librito habla sobre un niño llamado Nicolás que se cayó del trineo y sentía mucho dolor en un lado del cuerpo. Entonces va a hablar con su papá y su papá le dice que el mismo Nicolás podía hablar con Dios.
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